PERSISTIR EN LA LUCHA: no caer en las tretas del reformismo y el Estado
Las masas populares se rebelan ante las medidas impuestas por los gobiernos y el imperialismo. Reivindican sus derechos en las calles, muchas veces hacen uso legítimo de la violencia ante tantas humillaciones, miseria y barbarie. Los estados burgueses pretenden sostener las medidas antipopulares reprimiendo de manera brutal, aplicando una táctica similar para disolver las protestas en la mayoría de países, sin embargo se ven sobrepasados. Cuando ello ocurre echan atrás tales medidas, pero después de asesinar y herir a miles de personas. Ese repliegue de la burguesía y su estado lo que busca es desmovilizar a las masas, sacarlas de las calles con tretas inútiles como las constituyentes o acuerdos firmados por los sectores reformistas en mesas de diálogo, donde negocian con la sangre de los caídos. Una vez que ello ocurre, y han enfriado las manifestaciones, vuelven a la carga, imponiendo esas medidas bajo otras figuras o simplemente haciéndolo gradualmente. Y es así como se produce un tira y afloja entre las masas proletarias y populares con las élites dominantes, su estado y el imperialismo. Esta correlación de fuerzas sólo podrá alterarse estratégicamente cuando las masas rompan el tutelaje burgués, afirmen su independencia de clase, y puedan dar una dirección revolucionaria y consciente que ataque la raíz del problema: el sistema capitalista imperialista en su conjunto.
¿Qué está pasando en Colombia?
Las masivas protestas populares realizadas desde el 28 de abril han obligado a que Iván Duque dé su brazo a torcer en la aprobación del proyecto de ley de Reforma Tributaria. Sin embargo, la reforma no está derogada por completo, pues se va a iniciar un “nuevo proyecto fruto de los consensos”. Esta táctica ya ha sido implementada en otros países, como Ecuador por ejemplo, y lo que busca básicamente es desmovilizar a las masas para posteriormente continuar con estas medidas.
¿Qué se proponía en el proyecto de Ley de Reforma Tributaria?
Se buscaba recaudar 23 billones de pesos (apx. $6300 millones), por medio de:
1. Reducción de montos mínimos para gravar impuestos. Estos se centrarían en 2022 para quienes ganen más de 4 millones de pesos mensuales (apx. $640), y en 2023 más de 1.7 millones ($450);
2. Impuesto focalizado de 19% a los servicios públicos;
3. Impuestos a alimentos de la canasta básica;
4. Impuestos a servicios funerarios.
Medidas claramente atentatorias contra los derechos del pueblo colombiano, más aún en la crisis económica y sanitaria que atraviesa.
¿Es solo la reforma tributaria?
De ninguna forma. El proyecto de Reforma Tributaria propuesto por Duque fue el detonante del Paro Nacional. Los reclamos populares se han hecho sentir en los últimos años, y con el período de crisis sanitaria las condiciones de la población se han agravado aún más. Durante los últimos años, las exigencias levantadas por los diversos sectores oprimidos se enmarcan en varios puntos:
- Económico: frenar las reformas tributaria y pensional. No más endeudamiento con el imperialismo.
- Educación: garantías de acceso, permanencia y calidad. Educación gratuita. Retorno a las clases presenciales. Hacer respetar el presupuesto de las universidades.
- Salud: oposición a la reforma 010, que privatiza la atención sanitaria y diluye al ya precario sistema público general. Acceso universal a la vacunación contra el COVID-19.
- Empleo: contra los despidos masivos y la precarización laboral. Por el libre derecho al trabajo de los vendedores ambulantes. Frenar la reforma laboral.
- Naturaleza: por la defensa de los territorios y los recursos. En contra de proyectos petroleros y megamineros, donde prevalece el capital sobre el derecho a una vida digna para las comunidades.
- Sociales: contra las matanzas de líderes políticos y sociales. Contra el control sistemático de cárteles de narcotráfico en varias zonas del país y su asociación directa con el Estado.
- Represión policial: contra un sistema de abuso, violencia, crimen e impunidad ante los delitos cometidos.
- Políticas: rechazo al gobierno de Duque.
¿Qué pasó en el Paro Nacional?
Previo al 28 de abril varias organizaciones obreras, campesinas, estudiantiles realizaron reuniones para avanzar hacia el Paro General. En varias localidades existieron enfrentamientos entre grupos de manifestantes y el ESMAD. Ya para el día del Paro, la subida de tono de los enfrentamientos desbordó la capacidad de contención de las fuerzas represivas, y manifestaciones gigantes se evidenciaron en Cali, Valle del Cauca y Bogotá.
De forma decidida la gente salió a las calles a reclamar por sus derechos: manifestaciones, movilizaciones, pintas, propaganda, performances, plantones, se generalizaron en varias zonas del país; sin embargo, los medios de comunicación hegemónicos como RCN y los propios representantes del viejo Estado dieron cuenta de las movilizaciones como actos vandálicos y destructivos, y como siempre guardaron un silencio sepulcral sobre la represión cometida por la policía, que hasta el momento deja un saldo de 940 denuncias de violencia policial, 21 muertos, 672 detenidos arbitrariamente, 5 desaparecidos, 12 personas con mutilación ocular e incluso violaciones por parte de agentes del ESMAD.
¿Qué propone el reformismo/progresismo?
En primera instancia afirma que las protestas se dieron únicamente por la Reforma Tributaria, cuando los reclamos de los distintos sectores son mucho más amplios.
Invitan a propuestas de diálogo, resistencia y lucha pacífica, atenuando así el conflicto real y desmovilizando a la población.
Así mismo, se procura una plataforma política que permita por un lado hacer creer que participan de las protestas y por otro producen la ilusión de que bajo gobiernos de izquierda este tipo de medidas no se llevarían a cabo.
Todos estos traficantes de la lucha social como Gustavo Petro, Aida Avella (Colombia Humana), Inti Asprilla (Alianza Verde), María José Pizarro (Lista de la Decencia), César Pachón (MAIS), Jorge Enrique Robledo (Dignidad), Carlos Caicedo (Fuerza Ciudadana), entre otros, que bajo un discurso “humanitario” y de “justicia social” intentan pintar una alternativa al neoliberalismo, sólo buscan ganar terreno político dentro de la misma estructura del viejo Estado. No quieren transformar radicalmente la base de los problemas de los sectores populares, solamente reformarla a conveniencia. Su papel es el de re-oxigenar la democracia burguesa y los Estados en crisis para que estos sirvan mejor a los procesos de acumulación de capital.
¿Por qué no solo ser antiuribista, sino anticapitalista-antiimperialista?
Los “progresistas” mequetrefes han intentado hacer creer que el problema central es Duque, y su titiritero Álvaro Uribe; y aunque, es cierto que las políticas adoptadas durante el gobierno de Duque han permitido afianzar la ganancia de los sectores burgueses tradicionales, no es menos cierto que cualquier gobierno, del tinte que sea, es lacayo del imperialismo y está obligado a asumir políticas que beneficien a sus amos, y como consecuencia de ello restrinjan los derechos del pueblo.
Se debe entender que las medidas implementadas son parte de las imposiciones del FMI. Éste sólo es un ejemplo de cómo el imperialismo norteamericano tiene presencia en las decisiones políticas de determinada nación. Ahora, esto no sólo ocurre, como quieren hacer pensar algunos con el imperialismo estadounidense, este mecanismo aplica para cualquiera de las potencias imperialistas que desarrolla vínculos con las burguesías de nuestras semicolonias.
¿Este es un logro para las clases populares?
Que las masas estén combatiendo en las calles contra la política criminal de la burguesía y el imperialismo es algo importante. Más aún cuando toman el camino de la lucha, y no el de la conciliación. Sin embargo, este levantamiento como tantos otros, deja la reflexión de que es necesario avanzar más allá. Todo logro será transitorio, mientras no se elimine la raíz del problema; y, la burguesía sabrá como remendar lo que hasta ahora no se le ha permitido instaurar. Por eso, los giros cualitativos y la obtención real de derechos se alcanzarán cuando las masas rompan con el tutelaje de la burguesía, el reformismo y el revisionismo, afirmen su independencia y solidaridad de clase, y emprendan una dirección revolucionaria que ataque la raíz de todos sus problemas: el sistema capitalista imperialista.
Hoy el pueblo y los trabajadores han logrado que el gobierno de Duque retroceda, pero más temprano que tarde otras reformas serán introducidas de forma solapada, valiéndose de la pandemia y la desmovilización de las masas. En este sentido les invitamos a tomar lo que ocurrió en Ecuador como ejemplo, cuando en 2019 la Rebelión Popular de Octubre logró la derogación del decreto ejecutivo 883 que eliminaría los subsidios a los combustibles; 7 meses más tarde, valiéndose de la pandemia, el gobierno de Moreno aplicó los decretos 1054 y 1158 que pretenden reducir paulatinamente la subvención a combustibles hasta que su precio alcance el del mercado internacional. Esto ocurrió por la traición de unos cuantos pseudo-dirigentes que tranzaron con el gobierno y desmovilizaron a las masas cuando su nivel de protesta había alcanzado el apogeo.
¿Hacia dónde marchar?
Los levantamientos populares en Ecuador, Chile, Panamá, Colombia, entre otros países, dan cuenta de la importancia de generar un movimiento revolucionario.
Si bien es importante y necesario pelear por ciertas reivindicaciones que no permitan continuar con el despojo intensivo de derechos que están provocando los burgueses en el mundo entero, es aún más importante constituir una línea roja dentro de las organizaciones de base, que se organice hacia la conquista del poder político del proletariado.
Reflexiones finales
- El Paro Nacional del 28 de abril consiguió que el Estado colombiano retroceda sobre el proyecto de reforma tributaria; esto es claro ejemplo de que el pueblo luchando en las calles puede hacer retroceder las medidas implementadas por los gobiernos. Es importante señalar que una vez que logran desarmar la lucha, los gobiernos vuelven al ataque para implementar nuevamente esas medidas.
- Los países imperialistas no van a ceder en la expolición de los países semicoloniales. Por tanto, esta no es una política particular de uno u otro gobierno, sino la propia dinámica del sistema capitalista.
- El reformismo y el pseudo progresismo son enemigos del pueblo que se enquistan en sus luchas para desviarlas de lo realmente importante. Todas estas corrientes lo que buscan es negociar prebendas con el Estado, desarmando la lucha social y limitando los procesos de concienciación y organización de las masas. Sin desterrar a este enemigo, no podremos avanzar.
Que la llama que ha encendido el pueblo colombiano se avive aún más. Ninguna confianza en el gobierno, en el imperialismo, y en los pseudo progresistas/reformistas. Que se afiancen aún más las tácticas de lucha más combativas y que el pueblo colombiano tenga la posibilidad de afianzar una verdadera dirección revolucionaria.
¡La lucha de las masas trabajadoras y populares en Colombia, es la lucha de todos los explotados y oprimidos del mundo!
¡La Rebelión Se Justifica!
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