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COMUNICADO POR EL PRIMERO DE MAYO


Por la reconstitución del movimiento obrero ecuatoriano

  1. Otro 1ero de Mayo que la clase obrera atraviesa en el contexto de la pandemia, enfrentando no sólo la amenaza del Covid-19, sino la de los capitalistas, quienes pugnan por arrebatarle aún más sus derechos, y así asegurarse para los próximos años mejores condiciones de explotación laboral y extracción de plusvalía. Lo que no lograron imponer en años anteriores, por las protestas populares en varias partes del mundo, lo hacen ahora con la excusa del coronavirus.

  2. Los burgueses sostienen que la pandemia está arruinando la economía, cuando en realidad es el capitalismo el que destruye hace décadas la economía de cientos de millones de trabajadores del campo y la ciudad. Desde el 2014, estando aún en el gobierno de Correa, enfrentamos una aguda crisis económica, profundizada en el período de Moreno, quien introdujo una serie de medidas antipopulares que provocaron incluso la Rebelión Popular de Octubre en el 2019. Sólo en el último año se han perdido más de un millón de empleos y se han conculcado derechos históricos de los trabajadores con la mal llamada “ley humanitaria”.

  3. Ecuador vive un confinamiento a medias. La orden de la gran burguesía ha sido llevada a la práctica por el lacayo de Moreno; es decir, no paralizar la producción y comercialización de productos. Mientras los burgueses están en sus casas disfrutando de la comodidad y contando el dinero obtenido fruto de la explotación ajena, los obreros siguen yendo a las fábricas en medio de buses repletos (principal fuente de contagio), trabajan expuestos al virus, y sufren la pérdida de sus familiares a diario. A su vez, quienes trabajan en las calles, y subsisten de la venta ambulante, son reprimidos por las alcaldías, el gobierno y la policía metropolitana y nacional.

  4. El gobierno tuvo más de un año para planificar esta segunda oleada de la pandemia, pero lo único que ha hecho es una serie de negociados y actos de corrupción, asegurando además las infames ganancias de clínicas privadas y grandes farmacéuticas. La salud en el capitalismo imperialista no es un derecho, es una mercancía, la pandemia lo ha demostrado hasta la saciedad. Los ricos fueron vacunados en el país desde el mes de diciembre, mientras el pueblo ruega a diario porque le vacunen contra el Covid-19.

  5. Las Centrales Sindicales han dejado en evidencia una vez más que son un instrumento del capital. En este año y más de pandemia no han movido un sólo dedo por defender los derechos que han sido arrebatados a los trabajadores. Lo del FUT es demasiada sinvergüencería y colaboracionismo, convocan a una caravana motorizada por el 1ero de Mayo, supuestamente porque priorizan y defienden la vida. ¿Por qué no defienden y luchan por los trabajadores que día a día están yendo a las fábricas con el peligro de contagiarse? , ¿No es acaso más riesgoso ello, que ir a una marcha al aire libre, donde hay escasas posibilidades de contagio si se conserva la mascarilla? Se pasan por la faja una fecha como el Primero de Mayo, desmovilizando, llamando a no marchar. Esto no debe sorprendernos, pues el año anterior, cuando cientos de miles de trabajadores eran despedidos, ellos decidieron conmemorar esta fecha de lucha con ¡una conversación por zoom! Para nadie es un secreto que ellos patrocinaron al gobierno de Correa hasta que los sacaron a patadas. A Moreno lo han respaldado abiertamente al inicio y luego por debajo de la mesa.

  6. Pero no sólo es el FUT el cáncer que carcome por dentro al movimiento obrero, sino también una serie de organizaciones como la CUT, la CSE, la CNTSP, y el Parlamento Laboral Ecuatoriano, centrales sindicales de corte empresarial, dirigidas por burgueses y la aristocracia obrera, creadas en la época del correísmo en su afán de fragmentar por un lado, y corporativizar por otro, al movimiento obrero.

  7. Personajes como Mesías Tatamuez, Marcelo Solórzano, Pepe Chávez, Jaime Arciniegas, Richard Gómez, son enemigo a muerte de los trabajadores. Lucran de la “actividad sindical” bajo la figura de representación de las organizaciones obreras, y haciendo pactos con los gobiernos de turno a cambio de prebendas. Algunos han parasitado décadas en estos aparatos burocráticos y caducos, y son responsables de que los trabajadores ya no quieran organizarse.

  8. Para defender sus intereses de clase y desmarcarse del tutelaje de las clases dominantes, los trabajadores deben desarrollar sus propias organizaciones y forjar una verdadera independencia de clase. En Ecuador, el movimiento obrero ha sido utilizado y ha recibido influencia de instancias ajenas a sus necesidades de lucha. Varios de los primeros gremios de artesanos y obreros fueron impulsados por la iglesia católica. Posteriormente los liberales crearon la Confederación Obrera del Guayas para contrarrestar el peso de las sociedades de cacahueros, carpinteros, ferroviarios, y especialmente de la FTRE, quienes criticaban el sistema imperante. La primera central sindical que se creó fue la CEDOC, de inspiración católica, que buscaba la armonía entre obreros y burgueses. Incluso la CEOSL, creada en los años 70, fue impulsada por la CIA y el imperialismo norteamericano como parte de la Alianza para el Progreso. De ahí, organizaciones como la CTE, UGTE y la CEDOCUT han sido ramificaciones de los partidos revisionistas y reformistas, bajo una línea burocrático-oportunista, clientelar y colaboracionista, que jamás ha situado en la clase trabajadora la necesidad de la revolución. El FUT, creado a fines de los setenta, como unidad de varias centrales sindicales, ha seguido la misma lógica: pactos con los gobiernos de turno y que sus dirigentes se sigan enriqueciendo a través de la “representación jurídica de las organizaciones obreras”. En el gobierno de Correa, se crearon varias organizaciones de corte empresarial y oportunista para desclasar y fracturar aún más el movimiento sindical. La clase obrera no puede seguir marchando a la cola de los partidos burgueses electorales, se denominen éstos de izquierda o derecha, y tampoco mendigarle nada a ningún gobierno. Es imprescindible forjar un camino propio.

  9. El oportunismo ha retrasado la lucha del movimiento obrero, afianzando en las organizaciones sindicales la idea de que solamente deben luchar por reformas, reproduciendo una ideología economicista que despolitiza a los trabajadores. A lo máximo que apelan es a una “política de exigencias”, cuento trillado e inútil que sólo pretende justificar su colaboracionismo y su veneración por la dictadura capitalista. Esto provoca que los sectores que dirigen se ahoguen en las coyunturas, que permanezcan impávidos ante la situación de otras clases explotadas, que no incorporen en sus consignas los diferentes males sociales que provoca el capitalismo imperialista. En el plano organizativo el frentismo ha sido la modalidad preferida por el reformismo para encumbrar alianzas temporales entre grupos con diversos intereses, que posteriormente se diluyen principalmente en el fango electoral. Enaltecen el espontaneísmo y cabalgan en la lucha honesta del pueblo para diluirla posteriormente en variantes inofensivas para la estructura de poder.

  10. Es importante ponerse a tono ante las nuevas condiciones implementadas por el capitalismo imperialista. Los Estados de Excepción y Toques de Queda se han convertido en la táctica predilecta de los gobiernos burgueses para controlar a la población. En este contexto no tienen como objetivo central precautelar la salud, sino frenar o limitar las protestas y luchas populares. Esto forma parte de la tendencia general del capitalismo imperialista que se orienta hacia la fascistización de la sociedad con el auge de grupos de extrema derecha, mayor armamento y equipamiento para las fuerzas represivas, e instauración de leyes punitivas que criminalizan la lucha social. La burguesía tiene claro que en medio de la pandemia, y especialmente después de esta, se producirá una escalada de rebeliones en el mundo entero, y se alistan para aplastar ello violentamente.

  11. El 24 de mayo asumirá la presidencia Guillermo Lasso, banquero perteneciente a la gran burguesía financiera, quien administrará el viejo Estado los siguientes años. Lejos de la imagen benefactora que le están fabricando los medios de comunicación y cierto sector de la intelectualidad reaccionaria con charlatanerías como “Ecuador del Encuentro”, hay que ser enfáticos en señalar que en su mandato se profundizará la agenda neoliberal con un mayor endeudamiento, privatizaciones, flexibilización y precarización laboral, e instaurando además un paquetazo gradual contra el pueblo. Mientras las caducas centrales sindicales exhortan a Lasso para que cumpla con su plan de gobierno, nosotros hacemos un llamado a combatirlo desde el primer día, así como lo hemos hecho con Correa y Moreno.

  12. El Movimiento Obrero Ecuatoriano enfrenta algunas tareas inmediatas para salir del letargo en el que le ha sumido la politiquería burguesa:


  • Defender y ampliar los derechos y reivindicaciones obreras, sin renunciar a éstas como ocurre en la práctica con las negociaciones que se dan en los centros de arbitraje del ministerio de trabajo, o en las mismas inmediaciones de las empresas. Ello se puede hacer no sólo a través de las organizaciones sindicales, sino a mediante las uniones de lucha de la clase obrera, que juntan a trabajadores de diferentes sectores y enfilan directamente contra el gobierno y el viejo Estado.


  • Es indispensable el desarrollo de una línea roja en el movimiento obrero que crezca en oposición a las centrales sindicales que son simples apéndices de los partidos reformistas y burgueses. Esto implica que la posición comunista venza al interior de los sindicatos de base y que se creen organizaciones de nuevo tipo. Estas deben construirse borrando los privilegios, y los métodos artesanales y burocráticos, propiciando un nuevo estilo de trabajo que sea responsable con los intereses de todos los trabajadores y en el que éstos puedan participar activamente.


  • Estas organizaciones deberán generalizar su acción en las inmediaciones mismas de las fábricas, convirtiéndolas en espacios permanentes de propaganda, denuncia y agitación. Los obreros conscientes deben bregar porque sus compañeros de clase se eduquen tanto en temas laborales y sindicales, como en su conocimiento sobre el marxismo. Contar con un número importante de cuadros obreros comunistas es lo crucial, pues éstos se convertirán en los organizadores permanentes de la clase.


  • Esta nueva corriente roja, formada por cuadros obreros comunistas y organizaciones de nuevo tipo (sindicales y no sindicales), garantizará un trabajo sostenido y devolverá a los trabajadores la confianza en su organización colectiva. Al contar con el marxismo como ciencia y guía, los trabajadores podrán establecer mecanismos efectivos de lucha, que cuiden a los compañeros de la represión de la patronal y no pierdan su trabajo, obtengan reivindicaciones concretas y afirmen la necesidad de una verdadera trsnformación revolucionaria.


  • Varios de estos elementos ya existen o están en proceso de formación en el país. Sin embargo, su generalización depende de la creación del aparato fundamental de lucha de la clase obrera: el partido proletario. Ello es aún un camino que se está gestando y que terminará de consolidarse sin duda alguna, pero esa tarea es la más importante de todas y debe estar en la cabeza y en la acción de cada obrero consciente y las masas populares que adoptan su posición. Ello marcará un desarrollo cualitativo en la lucha de clases del país.


  • En medio de la crisis del sistema capitalista imperialista los trabajadores del mundo entero reivindican la violencia como el principal mecanismo para sepultar lo viejo, la situación se recrudecerá, y las organizaciones comunistas tienen la tarea de que esas rebeliones adquieran cada vez más una dirección revolucionaria. La clase obrera tiene un horizonte mucho más amplio al que debe mirar. Su objetivo no puede ser reformar o mejorar una sociedad decadente, sino crear una nueva. Las grandes revoluciones proletarias en Rusia y China abrieron el camino hacia la emancipación definitiva, es verdad, hubo un retroceso con los procesos de restauración capitalista; sin embargo, el programa comunista sigue constituyendo la única alternativa real para las masas populares.


  • Este 1ero de Mayo reivindicamos la lucha, unidad y solidaridad del proletariado internacional, pero especialmente la necesidad de acabar con el virus principal: el capitalismo imperialista. Por ello hacemos un llamado a los trabajadores a tomarse las calles y superar las restricciones impuestas por la burguesía con la excusa del coronavirus. Se vienen grandes días de lucha y la clase trabajadora deberá demostrar que es la vanguardia de todos los oprimidos. Nosotros afirmamos: ¡Primero la lucha, sin lucha no hay trabajo, sin trabajo no hay vida!

¡Por el desarrollo de una corriente roja en el movimiento obrero ecuatoriano!

¡La rebelión se justifica!

Movimiento Vientos del Pueblo Bloque Proletario de Ecuador

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1 comentario


Francisco Guerrero
Francisco Guerrero
29 jun 2021

Andaaaaaaaá......!

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