Comunicado sobre la situación de Ucrania:

Rusia ha iniciado una campaña militar de ocupación contra Ucrania desde el pasado 23 de febrero.
El conflicto entre Rusia y Ucrania viene agudizándose desde hace varios años. El acercamiento de Ucrania a la OTAN y por consiguiente a las potencias imperialistas ha incrementado la tensión entre ambos países. Rusia incluso ha aupado la anexión de Crimea y la separación de Lugansk y Donetsk, reconociéndolas como repúblicas populares independientes.
La importancia de Ucrania para los dos bandos imperialistas tiene que ver con dos aspectos básicamente: el geopolítico y el económico. En el primer aspecto, Ucrania es una región clave para el imperialismo norteamericano y la OTAN para aumentar su influencia y control militar; mientras en el segundo aspecto, Ucrania cuenta con reservas importantes de minerales, y es una zona agraria de alta importancia.
El imperialismo norteamericano y su séquito pretenden posicionar la idea de que Rusia es un país socialista. Biden sostiene en sus declaraciones que la intención de Putin es restaurar la Unión Soviética. Incluso varios sectores revisionistas ven en la avanzada rusa una alternativa al poderío norteamericano. En este aspecto hay que ser muy claros, Rusia es un país imperialista que, junto a China, han conformado un nuevo bando que pretende asegurarse la hegemonía a nivel internacional.
El gobierno ucraniano y la opinión pública esperaban una respuesta directa por parte de la OTAN ante la invasión militar rusa, sin embargo, más allá de varios mensajes y “declaratorias de solidaridad” no han tomado parte activa en el conflicto. Allí consideramos que hay varios motivos; sin embargo, los más importantes son por un lado la dependencia que tienen varias potencias de la Unión Europea de los recursos de Rusia, especialmente del gas natural, y por otro lado no les parece un asunto lo suficientemente relevante como para iniciar una conflagración mundial y un enfrentamiento directo con el eje ruso-chino, conflicto para el que aún no pueden estar lo suficientemente preparados.
Es evidente además la hipocresía del imperialismo norteamericano, de las potencias de occidente y los medios de comunicación afines a sus intereses, quienes disfrazan sus discursos con un barniz humanitario cuando han impulsado procesos de invasión, saqueo y agresión militar contra Siria, Palestina y varios países más.
Como sostenemos hace tiempo, una nueva guerra mundial se encuentra en ciernes, los bandos imperialistas se están alistando para ello. Esta es una verdad incuestionable, tanto por la competencia inter-monopólica agudizada por la crisis, como por la necesidad de la posesión de los recursos de las semicolonias.
Vemos además cómo existe un auge del nacionalismo extremo y de posiciones fascistas en la misma Ucrania y en varios países imperialistas.
Nuevamente quienes ponen los muertos son las masas populares, la barbarie y la descomposición del imperialismo vuelve a mostrar su rostro más sangriento.
Los comunistas no podemos tomar partido por ninguno de los bandos imperialistas. Nuestra consigna continúa siendo guerra a la guerra imperialista. Debemos prepararnos para luchar en estas condiciones de confrontación interimperialista, más aún cuando las semicolonias serán las zonas donde los diferentes bandos busquen posicionarse para aumentar su hegemonía. Al pueblo ucraniano no le queda más salida que oponerse al tutelaje tanto del imperialismo, como de los gobiernos títeres y los grupos fascistoides que buscan aumentar su influencia.