LAS EMPRESAS DE RETAIL Y SUS INFAMES GANANCIAS EN MEDIO DE LA PANDEMIA: CASO DE AMAZON
“Para todos nuestros héroes de retail de Amazon…queremos decirles: gracias” versa una de las campañas publicitarias lanzada por esta empresa después de numerosos escándalos suscitados alrededor de la muerte por coronavirus de dos trabajadores en menos de 48 horas, innumerables quejas, huelgas de trabajadores, y amedrentamiento a los portavoces de las protestas a través del despido inmediato, entre otras (Ollero, 2020).
Modo de operación
Amazon se dedica al comercio masivo de productos (retail) a través de plataformas virtuales. Esta compañía se fundó en 1994 por Jeff Bezos, quien la posicionaría inicialmente como una librería en línea, pero lograría diversificar sistemáticamente su oferta conforme se aceleró el desarrollo de las tecnologías de información y comunicación. Actualmente sus operaciones se concentran en cada una de las etapas que recorre el producto desde su salida de la fábrica hasta que llega al consumidor; es decir, transporte, organización de mercancías, carga y descarga de productos a contenedores o camiones, entre otras. Por un lado, es una lucrativa empresa comercial que obtiene grandes ganancias, y por otro agiliza la realización del plusvalor extraído en la industria. Estos negocios se han vuelto indispensables para el sistema capitalista imperialista, pues aceleran el proceso de circulación de mercancías.
La ganancia del ejercicio económico de la empresa se edifica sobre las tarifas a modo de comisión que impone por usar su plataforma a los productores interesados, de ello se desprenden diferentes rubros que dependerán del servicio contratado. Existen de tal modo: (1) las tarifas por referencia que corresponden al “privilegio de vender tus productos en Amazon” (Castellanos, 2019), donde se distinguen las mercancías por categorías, designando tarifas que oscilan entre un 6% en elementos de informática, hasta un 45% para accesorios de celulares, incrementando en promedio un 15% el precio del fabricante.
También cobran (2) una tarifa por gestión logística que implica recogida y empaquetado. Esta depende del peso y las dimensiones del producto, donde un bien de tamaño estándar (dos libras de peso) supone una tarifa de entre 4 a 6 dólares (Amazon, 2020) pudiendo extender este valor hasta 137 USD para productos grandes y pesados. A su vez (3) se añade un rubro por almacenamiento, que oscila entre 0,48 hasta 2,40 USD por pie cúbico, y cómo no, (4) una tarifa por publicidad (Hamrick, 2018) “en base al precio de un producto, que podría ser el 25% de su valor”.
Dentro las áreas en las que Amazon actúa están: entrega de comida, servicio de streaming, producción de hardware y software, audiovisuales (películas, videojuegos, programas de televisión), y una larga lista de mercancías que van desde muebles, hasta pañales para bebé. La empresa norteamericana tiene influencia en las nueve industrias que más aportan a la producción total mundial, las cuales son: información, bienes de consumo no duraderos, comercio al por mayor y menor, bienes de consumo duraderos, atención sanitaria, finanzas, seguros y servicios empresariales (Solon & Carrie, 2018). Además de ello, tiene presencia directa en EEUU, Reino Unido, Alemania, Francia, Italia, España, Japón, Canadá, y China, pero sus envíos llegan a todo el mundo con excepción de: Corea del Norte, Cuba, Irán, Irak, Siria, Sudán del Norte y Sudán del Sur (Amazon, 2020). Así se comprende que su control geográfico es fundamental para mantener el poder monopolístico en la distribución.
La mayoría de sus proveedores son pequeñas y medianas empresas que necesitan utilizar este canal de distribución de sus productos. Al ser Amazon el conducto directo y más amplio para realizarlo, las compañías se ven obligadas a resignar una parte de su ganancia, pagando altas comisiones por publicitar sus productos y por cada venta. Sin embargo, el poder de Amazon no se limita a ello. Si el producto es muy requerido, le pone su marca y comienza a actuar como gran demandante de los pequeños y medianos productores, y gran vendedor hacia los consumidores, con lo que logra “negociar” precios irrisorios, en una posición de monopsionio (al ser su único medio de desfogar la mercancía producida en grandes cantidades, se convierte en su principal o único comprador). Los productores se ven obligados a comerciar con Amazon para no tener que cubrir los costos de publicidad y de distribución directa, porque muchas veces no cuentan con los medios para ello. Así se convierte en el vendedor final de las mercancías, cuyo precio ya no tiene la carga de su propio “servicio”.
El caso de Rain Design explica el mecanismo por el cual Amazon extiende su poder. Esta empresa comercializaba mesas para portátiles desde hace más de una década, antes incluso de que Amazon existiera. En cuánto Amazon recogió la información sobre la gran demanda de este producto, generó su propio “producto”, cambiando el logo de Rain Design por el suyo, y lo empezó a vender a mitad de precio (Solon & Carrie, 2018), convirtiéndose no solo en el “medio de venta”, sino directamente en el vendedor, lo que le supuso un mayor beneficio.
Debido a que Amazon no posee directamente las fábricas para producir estas mercancías, sino que mantiene el control en su distribución, logra generar estos mecanismos de apropiación de la producción en varias ramas económicas con mayor facilidad, permitiéndole tener un “tentáculo” en cada industria. Eso sumado al hecho de que en la pandemia los medios electrónicos para adquirir productos tomaron un rol protagónico, le permitieron consolidar su monopolio en la distribución de todo tipo de mercancías.
Los principales ganadores en medio de la pandemia
Según el Financial Times, Amazon es la empresa que más ha ganado durante la pandemia, con ventas que llegan a los 88.9 mil millones de dólares hasta junio de 2020. La revista Forbes manifiesta que son las ganancias más grandes desde su creación (Forbes staff , 2020). Pero no es la única empresa de este tipo que se ha beneficiado en esta coyuntura. En el puesto 11 del ranking se ubicó JD.com, la empresa de retail más grande de China, la cual reportó ventas por 146 mil millones de yuanes (aproximadamente 21 mil millones de dólares). Por su parte, PInduoduo, otra empresa de origen asiático, se ubicó en el puesto 16 del ranking, declarando un aumento de sus ingresos en un 44% respecto al 2019, esto implica aproximadamente 916 millones de dólares. La gigantesca empresa china Alibaba también reportó un aumento de 35,3% en sus ingresos durante la pandemia, lo que significa aproximadamente 77.7 mil millones de dólares. (ABC economía, 2020).
Formas de explotación
La pandemia generó el escenario perfecto para que la explotación a los trabajadores de este tipo de empresas se intensifique. Según la OIT, el 81% de la fuerza laboral en todo el mundo, aproximadamente 2.700 millones de trabajadores, se ha visto afectada durante este período (PAÍS, 2020) con formas de precarización y flexibilización, despidos, recortes salariales, etc. En el primer informe realizado en marzo de 2020 se establecía que existirá una pérdida de entre 3,4 y 24,7 millones de empleos (ONU noticias, 2020). Para junio la OIT (Organización Internacional del Trabajo , 2020) equiparaba el número de horas de trabajo reducidas a lo largo de la pandemia a un total de 400 millones de empleos a tiempo completo. La pérdida sistemática de empleo de gran parte de la población económicamente activa genera una presión a la baja de los salarios, pues el capitalista obliga al trabajador a someterse a más abusos (reducción de salario, aumento de la jornada de trabajo, nulas prestaciones o estabilidad laboral, etc.) chantajeándolo con la posibilidad de reemplazarlo por otro que sí lo haga. En pocas palabras, un mayor desempleo genera presión en los trabajadores que conservan sus empleos de someterse a condiciones aún más precarias de trabajo que beneficien más al capitalista, es decir, que le permitan extraer mayor plusvalía.
Es así como las grandes empresas de retail se beneficiaron por la caída sistemática del empleo en otros sectores. La generación de condiciones perfectas para la intensificación de la explotación de sus trabajadores y la creciente demanda de sus servicios (debido a que evitan el contacto directo con gran cantidad de personas) han logrado convertirse en las grandes beneficiarias de la pandemia, generando ganancias multimillonarias en medio de una de las peores crisis económicas globales de los últimos dos siglos.
Amazon tiene a la cola numerosas denuncias laborales desde mucho antes de la emergencia sanitaria. Algunas estadísticas ilustran la realidad de sus trabajadores: el 74% prefieren no usar el baño para evitar amonestaciones disciplinarias; el 55% confesó sufrir de depresión después de iniciar su trabajo en la empresa; y el 57% manifiesta sentir ansiedad. Además son obligados a trabajar 10 horas diarias, con un descanso de 30 minutos, de los cuales la empresa sólo les reconoce 15 minutos. Quienes sufren lesiones son automáticamente despedidos, debido a que la gran mayoría de los contratos de la empresa son “temporales” y ofrecen mínimas garantías (Palmero, 2018). Estas cifras encubren el abuso que Amazon propicia en sus empresas proveedoras, las cuales explotan a sus trabajadores, con extensas jornadas de trabajo por salarios precarios, para que, aún con las demandas de precios mínimos de Amazon sigan generando beneficios para sus dueños.
Los dueños de las grandes empresas capitalistas llevan su cuarentena a salvo, acrecentando sus fortunas de forma nunca vista, gracias a que los trabajadores de estas mismas empresas arriesgan su vida a diario, exponiéndose al virus y siendo sobreexplotados. Son amenazados o despedidos por organizarse para exigir condiciones dignas de trabajo, y finalmente recibiendo un salario precario que no les permitirá ni siquiera acceder a un servicio de salud adecuado en caso de que llegaran a contraer coronavirus.
El punto central está en comprender que la cuestión no es “mientras los multimillonarios pueden guardar cuarentena los trabajadores exponen su vida”, es un “porque”, es una condición estrictamente necesaria. Si los trabajadores no arriesgaran sus vidas, los grandes monopolios no obtendrían esas ganancias, y esta condición siempre va a ser la cuestión central en el sistema capitalista de producción, lo que nos lleva a la siguiente y última reflexión: la pandemia refuerza la teoría de que el valor de los bienes y servicios se encuentra en el trabajo.
La pandemia refuerza la teoría del “valor-trabajo”
El confinamiento recomendado para evitar la propagación del virus iluminó el panorama del valor del trabajo en la producción. No solo existieron sectores que al poco tiempo de detenerse debieron activar nuevamente su producción, pues se avecinaba una situación insostenible, sino que existieron actividades que nunca se pararon, entre ellas los negocios de retail. Pero esta afirmación superficial al ser analizada desde “actividades” y no de “actores”. La clase trabajadora no ha detenido sus actividades, pues es su trabajo el que mantiene a flote no sólo a la “economía capitalista”, sino a toda la humanidad. En todas las etapas de producción de una mercancía, desde la extracción de materias primas hasta la generación del producto final, y el consiguiente intercambio, distribución y consumo, existe un obrero cuyo trabajo es INDISPENSABLE para que este proceso sea completado, sin ese trabajo absolutamente nada sería posible, todos los demás elementos que intervienen en el proceso de producción requieren de la acción del trabajador para generar valor, de otra forma son estériles.
No es Amazon, es el sistema capitalista en su fase más decadente
Amazon reafirmó su posición monopolista durante la pandemia, aprovechándose no solo de su poder monopólico en la distribución por medios electrónicos, sino además a través del control sobre los precios de las mercancías que comercia, provocando una explotación más intensiva de millones de obreros empleados en las diversas industrias. Sus ganancias deben comprenderse como producto de la precarización de la vida de millones de trabajadores, quienes luchan día a día por sobrevivir acarreando problemas de salud y psicológicos que no pueden ser tratados por no poder pagarlos.
Amazon es una fiel representación de un sistema capitalista en decadencia. Un sistema de producción incapaz de satisfaces las necesidades mínimas de la mayoría de la población. Un sistema cuya reproducción necesita de la explotación constante e intensiva de los trabajadores. Un sistema que no puede responder adecuadamente a una pandemia porque las ganancias de los grandes empresarios no son negociables, aún a costa de la sangre de millones. Es así como el sistema capitalista puede mantenerse respondiendo a su naturaleza primigenia “chorreando sangre y lodo por todos los poros, de los pies a la cabeza” (expresión utilizada por Marx en su análisis de la acumulación originaria de riqueza que dio paso al establecimiento del capitalismo). Por esa razón, nuestra tarea histórica es destruir este sistema, a través de la organización para erigir uno nuevo, que no permita la apropiación del trabajo ajeno; es decir, que no esté basado en la explotación del hombre por el hombre, y se direccione a cubrir las necesidades no solo físicas, sino también políticas, psicológicas, intelectuales y culturales de todos los trabajadores.
Fuentes de referencia:
ABC economía. (22 de mayo de 2020). Alibaba cierra su año fiscal con un repunte de los beneficios del 70,4% a pesar del Covid-19. Madrid, España.
Amazon. (19 de 8 de 2020). sellercentral.amazon.com. Obtenido de Tabla de tarifas de Vender en Amazon: https://sellercentral.amazon.com/gp/help/external/200336920?language=es_ES
Castellanos, A. (17 de 5 de 2019). alvecastellanos.com. Obtenido de ¿Cuánto cuesta vender en Amazon? Todo sobre las Comisiones de Amazon: https://alvecastellanos.com/comisiones-de-amazon/
Forbes staff . (31 de 07 de 2020). Forbes Colombia. Obtenido de https://forbes.co/2020/07/31/negocios/amazon-registra-las-mayores-ganancias-desde-su-creacion-durante-pandemia/
Hamrick, D. (26 de 6 de 2018). junglescout.com. Obtenido de The 2.5 Rule – How to Quickly Estimate Your Product’s Amazon PPC Costs: https://www.junglescout.com/blog/amazon-ppc-costs/
Ollero, D. (8 de Mayo de 2020). EL MUNDO. Obtenido de https://www.elmundo.es/tecnologia/2020/05/08/5eb45e59fc6c83a1788b458a.html
ONU noticias. (18 de marzo de 2020). El coronavirus se llevará entre 5,3 y 24,7 millones de empleos.
Organización Internacional del Trabajo . (2020). Observatorio de la OIT: La COVID‑19 y el mundo del trabajo. Quinta edición Estimaciones actualizadas y análisis. Ginebra: ILO.
PAÍS, E. (7 de abril de 2020). La pandemia provocará una caída del empleo del 7% en todo el mundo. Madrid, España. Obtenido de https://elpais.com/economia/2020-04-07/la-pandemia-provocara-una-caida-del-empleo-del-7-en-todo-el-mundo.html
Palmero, M. (18 de 04 de 2018). El Confidencial. Obtenido de https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2018-04-18/deben-hacer-trabajadores-amazon-seguir-trabajo_1551418/
Solon, O., & Carrie, J. (28 de abril de 2018). Jeff Bezos contra el mundo: por qué todas las empresas temen "morir a manos de Amazon".