1 DE MAYO: Contra la guerra, la militarización y el despojo de derechos, ¡luchemos por la revolución!
En el mundo entero, se arrebatan derechos a los trabajadores
El sistema capitalista imperialista atraviesa una de las mayores crisis en su historia; esto en un contexto en donde el ascenso de China como potencia, ha implicado una disputa por la hegemonía político-económica y por el control de los países semicoloniales. Los enfrentamientos entre Ucrania y Rusia, China y Taiwán, el genocidio del pueblo Palestino reflejan el conflicto de intereses entre los distintos bandos del imperialismo: el eje Chino – Ruso y el eje EEUU-Unión Europea.
Dicha disputa y la crisis general que atraviesa el sistema capitalista se ha descargado en la espalda de la clase trabajadora y de los sectores populares del mundo entero. Desde la Primavera Árabe hasta los años pos pandemia, hemos presenciado levantamientos en todo el mundo, desde Ecuador en octubre de 2019, pasando por Colombia, Chile, hasta llegar a países como Francia, Grecia, Italia, Hong Kong, entre otros. La clase dominante, consciente de que dicha crisis precariza de la vida de las masas populares, se ha ido preparando para responder cuando estas se levanten, pero además para detener procesos organizativos y revolucionarios.
Para ello llevan adelante un proceso de fascistización, como política general del imperialismo, el cual se ha ido instaurando a nivel mundial, dentro del Estado y de la sociedad en general. En la última década hemos visto como se han ido tomando medidas para el fortalecimiento del aparato represivo, la militarización de la sociedad, endurecimiento de penas, leyes y reformas orientadas a criminalizar la protesta social; adicional a esto, el ascenso de discursos reaccionarios y de odio contra las clases populares empobrecidas.
En términos generales, se puede nombrar que se han llevado a cabo ajustes económicos y tributarios; privatización de bienes públicos; flexibilización y precarización laboral, así como una serie de nuevas formas de trabajo para perfeccionar la explotación como el teletrabajo o los trabajos de plataformas. La crisis sanitaria por el COVID19 fue excusa para cristalizar el anhelo de los grandes ricos por despojar derechos a los trabajadores y a la sociedad empobrecida en su conjunto. De ahí en adelante la situación económica no ha mejorado en absoluto, existen altas tasas de desempleo y subempleo, especialmente en países oprimidos, lo que ha llevado a que millones de personas sean arrojadas a la migración, a la economía informal de comercio y trabajo. Además, los negocios ilegales se funden en la legalidad, y son protegidos por los Estados burgueses del mundo entero, quienes se benefician del narcotráfico, la explotación sexual, el tráfico de órganos, a detrimento de los sectores populares.
En Ecuador: la utilización del discurso de seguridad para el despojo de derechos
En el Ecuador, bajo el pretexto de la seguridad, las medidas antipopulares están a la orden del día. El incremento del IVA, el aumento del precio del gas, de la gasolina, de la canasta básica, tienen un impacto significativo en la economía de los sectores populares, ya que los precios se están elevando. Esto en contraste con la vida de los grandes narcotraficantes y los delincuentes de cuello blanco, funcionarios del Estado burgués quienes siguen disfrutando de las grandes fortunas obtenidas de los negocios ilícitos. Es necesario enfatizar que el Estado es y ha sido cómplice y actor directo de la cruenta realidad que vive el país por el narcotráfico. Además, es fundamental señalar que con el pretexto de la seguridad, se ha hecho toda una campaña a favor de los cuerpos represivos del país, minimizando mediáticamente la participación de altos generales (policías y militares) en el negocio del narcotráfico, mostrando a policías y militares como los actuales salvadores del país, y posicionando una idea de “combate al terrorismo”. Este discurso es peligroso, ya que, cuando la población intente reclamar sus derechos, los cuales seguirán siendo arrebatados, los cuerpos represivos tendrán toda la legitimidad para actuar y reprimir, bajo el pretexto del supuesto combate al terrorismo.
Adicional a ello, y para garantizar la defensa de sus intereses, la clase dominante y el gobierno de Noboa pretende legalizar el trabajo por horas, arrebatando de esa forma casi todos los derechos obtenidos a la clase trabajadora: jubilación, seguro social, beneficios de ley, vacaciones, entre otros; si bien no lo consiguieron en la consulta popular, buscarán otros mecanismos para hacerlo. El discurso miserable de la clase dominante es que una modificación de este tipo permitirá que haya más empleo, sin embargo, la realidad es que el trabajo por horas optimizará la explotación y la extracción de plusvalía a costa de la pérdida de derechos ganados históricamente. Con el sueldo básico que se gana en la actualidad, acceder a otros derechos básicos como salud y educación se están volviendo un “lujo”, no una necesidad cubierta.
Ahora bien, si el gobierno de Noboa ha ido mostrando claramente a quien sirve, tampoco podemos pasar por alto el papel de las organizaciones y partidos reformistas y oportunistas, quienes se han presentado como la supuesta oposición, pero su única intención es no desaparecer del panorama político de cara a las elecciones presidenciales. Sus acciones nada tiene que ver con la lucha o la defensa de los derechos de los sectores populares, sino con tener acceso al control del Estado o en su defecto, a las migajas que este les puede otorgar, para seguir engañando al pueblo y haciendo vida económica de lo que ellos llaman “lucha”.
El discurso anti neoliberal que utilizan oculta la crisis del sistema capitalista imperialista. Algunos sectores autodenominados “progresistas” como el correísmo o la CONAIE, tratan de posicionar la idea de que con un cambio de gobierno basta y esto no hace mas que retrasar la lucha del movimiento obrero, afianzando la idea de que solamente se debe luchar por reformas, cuanto la realidad nos muestra lo contrario.
Sin ir muy lejos podemos ver como el municipio de Quito, administrado por el correísmo, no hace mas que reprimir a quienes por falta de empleo se vuelcan a las calles para poder subsistir y solo reciben represión y robo de sus mercaderías.
La única conclusión: el camino de la lucha y la organización
Ante todo este panorama y las profundas condiciones de opresión y explotación, el movimiento obrero y las clases populares deben bregar por la construcción de los elementos necesario para generar procesos organizativos honestos, que en realidad luchen por sus reivindicaciones y anhelos como clase, como ya dijera Lenin “Ni la opresión de los de abajo ni la crisis de los de arriba basta para producir la revolución -lo único que producirán es la putrefacción del país- si el país dado carece de una clase revolucionaria capaz de transformar el estado pasivo de opresión en estado activo de cólera y de insurrección”.
Este 1ero de Mayo, sostenemos que la clase trabajadora, a nivel nacional e internacional, debe bregar por convertirse en la vanguardia y rebasar lo impuesto por las pseudo organizaciones de “izquierda” y comprender que, si bien debemos pelear por derechos laborales y sociales, debemos luchar sobretodo, por acabar con un sistema capitalista-imperialista, que da la venia para que las clases dominantes siga haciendo miserable la vida de las amplias masas populares.
El proletariado, como clase, tiene un valor histórico de transformación y en alianza con otras clases y sectores de la sociedad, tiene la tarea de materializar una victoria, que creará un nuevo poder; este se encargará de generar una nueva sociedad, en donde la explotación del hombre por el hombre sea parte del pasado, y que la riqueza sea para quien la trabaja.
!Por el desarrollo de una nueva corriente revolucionaria en el Ecuador!
NI NOBOAS, NI CORREAS, NI OPORTUNISTAS,
ARRIBA LA LUCHA PROLETARIA Y CLASISTA
Marcha por el primero de mayo - 14:30 - Parque El Arbolito - Quito - Ecuador
Comments