Portavoces del viejo Estado indio afirman haber asesinado a Nambala Keshav Rao, conocido como Basavaraj, Secretario General del PCI (mlm), junto a sus compañeros
- Vientos del Pueblo
- hace 3 días
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Esta noticia recuerda que el anacrónico sistema capitalista imperialista no tiene posibilidad de mejorar la vida de la gente; es más, con el fin de sostener su régimen de podredumbre, lleva por delante la política de frenar toda forma de lucha y organización. Esto ocurre mientras la profundización de la miseria para los amplios sectores desposeídos es caldo de cultivo para los movimientos de lucha popular, proletaria y revolucionaria. El viejo Estado sabe del peligro que el MLM representa cuando pliega en las masas; por tanto, está determinado a eliminar las estructuras de vanguardia. Al caso indio se suma el reciente asesinato de los Tiamzon en Filipinas, la persecución a los partidos revolucionarios y organizaciones progresistas, y el exterminio de pueblos, naciones y etnias. El capitalismo imperialista se impone sobre la sangre de los desposeídos. Ante la ofensiva imperialista, ¡organización revolucionaria! Nuestra solidaridad con los hermanos indios y todos aquellos que llevan a cabo una lucha consciente por la transformación de la sociedad.
A continuación, compartimos un artículo sobre la fascistización de la sociedad india y los planes que se llevan a cabo con la intención de desmantelar al PCI y desorganizar a las fuerzas progresistas.
Desde los años cuarenta India pasó de ser una colonia británica para convertirse en una semicolonia de Estados Unidos. Este cambio no significó mejores condiciones para las masas populares, todo lo contrario, se profundizó la miseria, expoliación y represión en el campo y la ciudad.
Producto de este contexto 1967 abrió sus puertas con el Trueno de Primavera que fue la antesala de constitución del PCI maoísta, a su vez éste amplió su trabajo en 2000 hacia la conformación del Ejército Guerrillero de Liberación Popular (EGLP) con la finalidad de establecer el Frente Unido obrero-campesino, en alianza con la pequeña y mediana burguesía, para desatar la guerra contra el viejo Estado y barrer con la burguesía burocrática y compradora, el feudalismo y el imperialismo.

Para conseguir estos fines, el Partido ha aplicado la estrategia militar de liberación de zonas y construcción del Nuevo Poder, lo cual ha supuesto a su vez enfrentamientos con los saqueadores imperialistas, demandando que el Estado Indio se ponga a tono con las necesidades imperantes de sus amos.
Así, en 2005 el Estado emprende una ofensiva contrarrevolucionaria: la Campaña de los Salwa Judum en la que, por medio de sus organizaciones militares, paramilitares y de policía especial asesinaron a miles de adivasis, incendiaron pueblos enteros y obligaron a sus habitantes a trasladarse hasta los “campos de ayuda”. A pesar de las experiencias atroces, el pueblo se mantuvo inquebrantable en su lucha, derrotando la Campaña.
Tras este fracaso el Estado, en complicidad con los imperialistas, implementa la Operación Green Hunt, que se extiende desde 2009 hasta el presente. Habiendo sacado lecciones de los Salwa Judum, el aparato represivo perfecciona su accionar tanto militar, cuanto político e ideológico; así, va construyendo todo un dispositivo que apunta a la eliminación del PCI (m), que anima a la participación de las agrupaciones de izquierda de la India (principalmente electoreras) y de otros Estados-naciones, además de generar discursos de orden, seguridad y la construcción de una sola gran nación.
Estos trece años de Cacería procuran en lo medular liquidar al único movimiento que es capaz de transformar integralmente la sociedad india; pero, el paso del tiempo ha generado variaciones tácticas.
2011 fue clave para la promulgación de la política fascista. En este año el Estado indio hizo efectivas privatizaciones de empresas estatales y concedió grandes zonas de exploración y explotación mineras a transnacionales en el Estado de Odisha. Los consecuentes intentos de desalojos forzosos generaron resistencia y enfrentamientos entre el Estado y las poblaciones tribales junto a los naxalitas. Así se constituyó el Green Hunt 2, campaña que tenía por consigna “eliminar a los maoístas en cinco años”, en la que se intensificaron los escenarios de falsos enfrentamientos (bajo la excusa de acabar con los maoístas, el Estado asesinó de forma indiscriminada a adivasis), promovió ejecuciones extrajudiciales, practicó detenciones ilegales, saqueó y quemó aldeas tribales, además que torturó y aplicó violaciones individuales y grupales.
A pesar de los elevados niveles de represión, el Estado indio, los Estados imperialistas, las fuerzas represivas, la izquierda bastarda y servil, no lograron su objetivo último. Deciden, por tanto, aplicar en el período 2017 - 2022 la Operación SAMADHAN (Acrónimo de: S-liderazgo inteligente, A-estrategia agresiva, M-motivación y capacitación, A-inteligencia procesable, D-tablero basado en KPI (indicadores clave de desempeño) y KRA (áreas clave de resultados), H-tecnología de aprovechamiento, A-plan de actuación para cada teatro y N-no acceso a financiación).
La SAMADHAN busca mantener alta la moral de las tropas, generar vínculos estrechos con los lugareños y construir bases territoriales (incluso desarrollando infraestructura vial) a la par de desplegar miembros de inteligencia en las zonas, fortalecer los ataques con medios tecnológicos y asfixiar los recursos de los que se hace el EGLP.
El PCI (m) señala que las fuerzas democráticas y revolucionarias hicieron frente logrando desarmar estas operaciones e incluso extendiendo la revolución a otras zonas donde antes tenían poca presencia.
La profundización de la miseria entre los sectores populares vuelca a la población trabajadora y desempleada en septiembre 2020 a la Mayor Huelga de la Historia, a la que se unen los campesinos provocando el Paro Agrario que dura hasta marzo de 2021, obligando a que el Estado brinde ciertas garantías a los trabajadores de las ciudades y eliminando los decretos contra los campesinos y a favor de las transnacionales y grandes latifundistas.
El papel cumplido por el PCI (m) durante la pandemia, así como su intervención durante las protestas. Lleva a que, en septiembre de 2021, Amit Sha, ministro del Interior asegure que bajo la Campaña de las Ofensivas Militares Especiales “Prahaar 3”, en un año barrería con los maoístas. Para lograrlo aplicará la eliminación selectiva de los dirigentes del PCI (m) y el EGLP. Esto tuvo una respuesta popular inmediata a favor del Partido, ya que los campos de entrenamiento militar recién creados en territorios del Corredor Rojo fueron asediados y expulsados.
El sistema capitalista-imperialista está en crisis y para asegurar su tasa de ganancia, y por ende su permanencia, debe restringir aún más los derechos de las masas y avanzar en la expoliación. Por tanto, aplica políticas fascistas para imponer sus medidas y frenar la rebeldía popular.
Entre las últimas arremetidas se ubican la Ley de Reclutamiento y la UAPA.
La Ley de Reclutamiento se vende desde el Gobierno como la solución al paro laboral, mientras que lo que oculta es que el Estado se ahorrará en la contratación completa de efectivos militares, así pretende entrenar a jóvenes tribales de hasta 23 años, adoctrinarlos en la defensa del Estado hindú único, incluir al 25% en nómina, al otro 75% otorgarle un bono de 1.2 millones de rupias (algo más de 15 mil dólares). Esta es sin duda una maniobra de militarización de la población para la represión directa de los sectores oprimidos del país y el enfrentamiento contra el PCI (m).
Por otro lado, la enmienda a la Ley de Prevención de Actividades Ilícitas (UAPA), que a la actualidad le permite al Gobierno calificar de terrorista, sin proceso legal, a cualquier persona que considere como amenaza del Estado. Desde 2019, la aplicación de la UAPA se ha centrado en desarmar cualquier proceso de construcción política de oposición, especialmente a nivel de las ciudades, toda vez que ha encarcelado a trabajadores, estudiantes, intelectuales, acusándolos de promover ideología maoísta, recaudar fondos para el Partido, contrabandear municiones, entre otras actividades. Y, no sólo esto, además han prohibido el trabajo de organizaciones políticas, anunciado públicamente (medios de comunicación, vallas publicitarias) los nombres de las personas detenidas, celebran reuniones públicas en territorio donde amenazan a quienes no entreguen información de los naxalitas.
La ofensiva contra el PCI (m) y los sectores populares, sigue en alza. Despliegues militares y paramilitares, detenciones arbitrarias, destrucción de tribus, ampliación del sistema de vigilancia (cámaras, redes de informantes), envenenamiento de comida y medicamentos.
La destrucción del movimiento maoísta forma parte de un acuerdo para seguir aplicando las políticas imperialistas y antipopulares sin la menor contestación.
¡Ante las políticas de fascistización del viejo Estado, fortalecimiento de la estructura revolucionaria!
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