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La Teoría Marxista contrastada con la Metafísica

  • Movimiento Vientos del Pueblo
  • 5 abr 2020
  • 5 Min. de lectura

El pensamiento de Carlos Marx marcó una revolución en la teoría del conocimiento, dejando en evidencia las limitaciones de diferentes corrientes filosóficas como el idealismo, la metafísica, el empirismo y el materialismo mecanicista. En este ensayo se abordarán las diferencias que existen entre el materialismo dialéctico y el idealismo y la metafísica.


Para los idealistas al igual que para los metafísicos, el conocimiento encuentra su raíz en el pensamiento. Es a través de éste que podemos comprender la realidad, así para Descartes el ser humano piensa y luego existe. Para las corrientes idealistas existe una primacía de la consciencia sobre el ser, el origen del conocimiento está en formulaciones que operan en la mente o en una voluntad superior.


Marx señala que la conciencia del ser humano está determinada por su ser social, por la vida real y concreta de éste, por las relaciones que entabla con otros tanto en el proceso productivo como en otros ámbitos de su vida. El pensamiento y sus productos como la teoría están ligados y dependen de la realidad material. Aquí cabe precisar que Marx parte de una concepción materialista que sostiene que la materia engendra el pensamiento, que el mundo es cognoscible, que existe una realidad objetiva a la que nos podemos acercar mediante un proceso complejo donde la práctica y la teoría, el ser y el pensar, se conectan dialécticamente, encontrado su base en la realidad y no en formulaciones abstractas.


Las premisas de que partimos no son arbitrarias, no son dogmas, sino premisas reales, de las que sólo es posible abstraerse en la imaginación. Son los individuos reales, su acción y sus condiciones materiales de vida, tanto aquellas con que se han encontrado ya hechas, como las engendradas por su propia acción. Estas premisas pueden comprobarse, consiguientemente, por la vía puramente empírica (Marx, 1958. pág. 19).


Los metafísicos argumentan que los sentidos son engañosos, que no podemos fiarnos de éstos. Descartan el papel de la práctica en el proceso del conocimiento y atribuyen al pensamiento un poder ilimitado sosteniendo que hay que cultivar el intelecto y el alma. Marx manifiesta que la práctica es la raíz y fuente de todo conocimiento, que éste se asienta sobre la realidad objetiva. El proceso de conocimiento se desarrolla por la relación dialéctica entre lo sensorial y lo racional.


El problema de si al pensamiento humano se le puede atribuir una verdad objetiva, no es un problema teórico, sino un problema práctico. Es en la práctica donde el hombre tiene que demostrar la verdad, es decir, la realidad y el poderío, la terrenalidad de su pensamiento. El litigio sobre la realidad o irrealidad de un pensamiento que se aísla de la práctica es un problema puramente escolástico (Marx, 1979, pág. 11)


La metafísica busca verdades eternas, inconmovibles, que a través de la duda metódica las vayamos resolviendo. Establece que la relación causal no está en el medio sino en la imaginación del sujeto. Así pues, el Yo Pensante debe profundizar su conocimiento mediante la duda que opera en su pensamiento y buscar explicaciones únicamente desde allí. Para Marx no existen verdades eternas, pues la realidad está en constante transformación. Los diferentes hechos están concatenados unos a otros en una relación real de causa y efecto. El pensamiento con ayuda de la teoría puede captar esa realidad mediante un proceso complejo. Además, es importante señalar que no existen verdades absolutas en el sentido en el que éstas son planteadas por los metafísicos, como algo acabado sin posibilidad de cambio. La verdad absoluta para Marx vendría a ser los conocimientos comprobados por una sociedad en un momento histórico, lo que con ayuda de la ciencia ha logrado descifrar y que pueden seguir evolucionando. Así pues, Marx señala la relación entre verdad absoluta y relativa, siendo la segunda las verdades particulares de las que se compone la verdad absoluta que se seguirá desarrollando a medida que la sociedad lo haga.


Los principios no son el punto de partida de la investigación sino más bien su resultado final; no son aplicados a la naturaleza y a la historia de la humanidad, sino que derivan de estas; no es la humanidad y la naturaleza quienes se rigen y modelan por estos principios, sino que los principios no son verdaderos sino en la medida en que concuerdan con la naturaleza y la historia (Engels, 1878, pág. 43)


Uno de los elementos que revolucionó la teoría del conocimiento en el campo de las ciencias sociales fue la introducción del concepto de ideología por Marx al sostener que un tipo de conocimiento puede justificar la dominación. Es decir, existe una politización de la epistemología pues no existen formas puras de pensar los problemas, sino que están mediadas por intereses clasistas. El pensamiento y la teoría están condicionadas generalmente por los intereses de los sectores dominantes en cada formación social, así se produciría una falsa conciencia que distancia a los sectores dominados de un conocimiento objetivo de la realidad por estar condicionados por esa ideología dominante que reproduce formas de pensar afines a la estructura económico-social.


Marx critica el idealismo de Hegel que se plasma en conceptualizaciones que se establecen desde patrones esencialistas como las que sostiene sobre el Estado y la historia como conceptos absolutos, como formas de razón superior sin comprender el factor histórico-concreto al que se hallan enlazados. Marx desarrolla el materialismo histórico como una relación dialéctica entre lo general y particular, entre las abstracciones y categorizaciones y la realidad concreta de determinadas formaciones sociales. Es decir, no podemos hablar de Estado a secas, sino de un Estado de un modo de producción determinado anclado a determinadas relaciones sociales, y que cambia su forma a medida que la lucha de clases avanza. Es más no podemos hablar sólo de Estado en un momento histórico determinado sino de cómo éste se recrea en el capitalismo, es más en el capitalismo en una formación histórica concreta de un país determinado.


Marx eleva el papel de la filosofía y lo conecta con la práctica política. Sostiene que los filósofos se dedicaron a interpretar el mundo y no a transformarlo. Dota de un carácter activo y revolucionario a la filosofía y al conocimiento pues no basta simplemente con enunciar formulaciones teóricas pues estas se encontrarían limitadas por no reconocer la importancia de la práctica para que éstas sean acertadas y también que la teoría no basta simplemente como interpretación o crítica sino como elemento transformador de la realidad, ese debe ser su objeto.



Fuentes de referencia:

  • Descartes (2002), Discurso del método y Meditaciones metafísicas, Madrid: Tecnos.

  • Engels, Friederich (1878): Anti-Duhring- Marxists Internet Archive. https://www.marxists.og/espanol/m-e/1870s/anti-duhring/

  • Lenin (1979). Materialismo y empiriocriticismo. Moscú: Editorial Progreso.

  • Marx, Karl (1958).La Ideología Alemana, Montevideo 1958: Ediciones Pueblos Unidos, S.A.

  • Marx, Karl (1979).Tesis sobre Feuerbach, México: Editorial Grijalbo

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