- Movimiento Vientos del Pueblo
Conociendo a Jorge Yunda
Conociendo a Jorge Yunda: monopolista mediático, politiquero oportunista y difusor de la vieja cultura burguesa
Jorge Yunda acaba de ganar la alcaldía de Quito con el 22% de los votos(históricamente el menor porcentaje) a una momia de la política ecuatoriana: el general Paco Moncayo. Su triunfo, que muchos consideran sorpresivo, no es sino el resultado de una campaña iniciada mucho tiempo atrás, donde su exposición mediática fue cada vez en incremento, además de ser asambleísta y colaborador de Alianza País en la época de Correa y ex presidente del club de fútbol El Nacional. Su estrategia demagógica apeló a cuestiones que hoy son valoradas por los votantes: menos empapelamiento de la ciudad, discurso del emprendimiento y referencia a cuestiones como el cuidado de los animales; sin embargo, lo que mayores réditos le significó fue su reconocimiento mediático en sus programas radiales y de televisión que llegan a gran parte de la población quiteña, especialmente jóvenes y sectores populares.
Se inicia en la política ecuatoriana vinculado a Alianza País. Trabajó en la campaña de Correa desde la primera vuelta electoral en el año 2006. Después del triunfo de la autodenominada revolución ciudadana le entregaron la presidencia del CONARTEL (Consejo Nacional de Radio y Televisión) que presidió durante dos años, para luego abandonar dicho cargo por una serie de acusaciones de irregularidades y conflicto de intereses. En el 2017 fue electo asambleísta por Alianza País, organización de la que iba a ser candidato a alcalde, pero que debido a sus cálculos políticos prefirió adherirse a Unión Ecuatoriana, lista 19, dirigida por Washington Pesántez, ex fiscal general en el gobierno de Correa. Sus dotes de bailarín no sólo se pueden comprobar en sus programas de televisión sino en su carrera política donde además es un oportunista calculador. Recordemos además que cuando fue asambleísta pretendía que por ley se debería exigir el certificado de vacuna de papiloma virus para la mujer, antes de ingresar al colegio, universidad o establecimientos públicos, en una postura reaccionaria y claramente discriminatoria.
Médico de profesión y cantante del grupo Sahiro, es hoy uno de los principales monopolistas de medios de comunicación del país. Su carrera en el mundo mediático la inicia como productor de espectáculos, y locutor radial. Desde el 2001 adquiere varias frecuencias radiales que eran simplemente repetidoras y no matrices. En el 2007, cuando era presidente del CONARTEL, cambiaron dichas normas y podía convertirse una repetidora en matriz y viceversa, lo que le permitió beneficiarse de ello. Este grupo logra su expansión definitiva en el gobierno de Alianza País. Dentro del grupo Canela se encuentran las siguientes empresas: Lesotho S.A, Radioeventos S.A ; Canela Business Corp; Radio Canela S.A.; Telecanela S.A; Sonido y Energía “Sonoenergia” Cia Ltda; Komunikest Comunicación estratégica S.A; Canela Piel del Ecuador Aspengtas S.A; Radio Ibarra Factualti S.A; Radiodifusura Paraiso Radialpa S.A; Radio Colón C.A; JH Radio FM Pintractu S.A; Gamboa Comunicacion Total Cia. Ltda; Ecuaenalce S.A. Varias de estas empresas son concesionarias de más de 50 frecuencias de radio y televisión en todo el país. Ante ciertas prohibiciones de acaparar medios de comunicación, el nuevo magnate de los monopolios mediáticos del país ha aplicado una figura de testaferrismo, donde él no figura como propietario de muchas de sus empresas sino sus familiares y socios de confianza. Posteriormente, en un concurso abierto por ARCOTEL y CORDICOM en el 2017, Jorge Yunda, a través de 12 empresas suyas, solicitó 46 frecuencias de las cuales cuatro eran para televisión y 42 para radio, de ellas 37 fueron calificadas, pero después de ciertas denuncias el proceso se detuvo en el gobierno de Moreno, obteniendo únicamente tres frecuencias: Canela Piel del Ecuador, Sonido y Energía Sonoenegía y JH Radio FM. Estamos sin duda ante uno de los nuevos monopolistas de los medios de comunicación, quien busca utilizar cierto poder político para continuar ampliando su emporio económico amasado de manera corrupta.
Pero no estamos solamente ante un nuevo monopolista mediático y politiquero oportunista, sino además ante un defensor y difusor de la vieja cultura burguesa: conservadora, patriarcal y alienante. Los contenidos de los programas de los medios de comunicación de Yunda, y que están dirigidos especialmente a los sectores populares y a la juventud, se basan en una lógica del entretenimiento banal, en la cultura del espectáculo burgués, sin ningún contenido educativo. Reproduce los estereotipos del macho, del arribista, usa a la mujer como figura mercantil, ridiculiza la política real, etc.
Yunda se ha auto-promocionado como el candidato del pueblo. Pero más allá de los slogans publicitarios está lejos de pertenecer a éste. Yunda es un monopolista de medios de comunicación, un nuevo millonario que vive en la Gonzáles Suárez y tiene varias propiedades, además de ser un politiquero oportunista. El seguirá ejecutando la administración municipal en beneficio de las élites empresariales de la construcción, del turismo, y los servicios. Seguramente se beneficiará de la alcaldía como ya lo ha hecho en anteriores cargos burocráticos, impulsando a sus empresas o buscando los sobornos de otras corporaciones mediante las concesiones que otorgue u obras que se realicen. Acentuará el modelo de ciudad burgués-capitalista y será un enemigo más de los trabajadores municipales, de los vendedores ambulantes, de los artistas callejeros, y de los pobres de la ciudad. El problema de Yunda no es su color de piel, sus rasgos indígenas, o su forma de expresarse, como algunos racistas con mente colonial y semifeudal quieren hacer parecer, sino la clase a la que sirve y pertenece.
Cabe mencionar que con ningún candidato hubiese cambiado la situación de las masas populares de la ciudad. Las elecciones burguesas no cambian nada. El único camino del pueblo es la lucha directa por sus reivindicaciones y por una verdadera revolución.
Artículo publicado en la edición 51 de la revista Conciencia Revolucionaria
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