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Marxismo y Positivismo


Diferencias epistemológicas, teóricas y políticas entre marxismo y positivismo

En el mundo académico se tiende a construir la visión de que el marxismo es positivista, encontrando similitudes entre estas dos corrientes tanto en su forma de concebir la sociedad como en su análisis. El objetivo del presente trabajo es desarrollar una perspectiva crítica sobre ello, sentando las principales diferencias que existen entre estas dos.


Filosofía y principios


El positivismo surge en Europa a inicios del siglo XIX. Su objetivo fue darle un carácter científico a la sociología, asimilarla de alguna manera a las ciencias exactas y naturales, otorgándole al estudio sobre la sociedad una serie de leyes universales que parten de la observación de los hechos para describirlos. Para los positivistas sólo las ciencias empíricas pueden conocer la realidad, más no las ciencias formales y la filosofía, existe pues una disociación y hasta una oposición entre ciencia y filosofía. Si bien Marx y los positivistas coinciden en que existen leyes universales, para él éstas no se encuentran solamente en los hechos sociales, ni en la simple generalización de hechos particulares, sino que tienen su base en la filosofía. Para Marx la raíz del entendimiento científico tiene su origen en la filosofía, pues sólo si se adopta una adecuada concepción del mundo se lo podrá comprender; es decir no basta con observar hechos sociales y analizarlos, sino en adoptar una concepción materialista y dialéctica que afirme que la realidad existe independientemente de la consciencia, que ésta no ha sido por nadie creada, que todo lo que hay en el mundo es materia en movimiento y que su forma de desarrollo y transformación es dialéctica, basada en las contradicciones subyacentes de cada proceso o fenómeno. Sólo esta concepción podrá dar una visión real e integral del mundo a los seres humanos, pues ese puente existente entre la filosofía y la ciencia garantizaría un conocimiento global a la sociedad. Es precisamente la disociación entre filosofía y ciencia la que permite de alguna manera el desarrollo de posiciones idealistas en los mismo científicos y en el sistema como tal, pues puede que se descubran cosas pero que no se entienda cómo funciona la sociedad, o que los mismos científicos sean religiosos confesos que pueden hacer descubrimientos particulares pero no llevar a la sociedad en sí a un estado superior de conocimiento.

El método de conocimiento para el positivismo es el hipotético-deductivo, mientras que para el marxismo el método del conocimiento es dialéctico.


Marxismo y positivismo coinciden de alguna manera en que la ciencia es la mejor forma de acercarse a la realidad, oponiéndose a la especulación o a formas introspectivas de análisis que se encontraban presentes especialmente en el idealismo filosófico y la metafísica. A su vez ambos sostienen el papel fundamental de lo empírico en la adquisición de saber. Si bien existen estas similitudes, también podemos encontrar serias diferencias en la concepción, en el método de acercarse y en la finalidad que le atribuyen al conocimiento. Son pues dos formas diferentes de razonar y comprender el mundo, el positivismo guiado por una estructura lógico-formal y el marxismo por una lógica dialéctica.


En su Introducción a la lógica (1976), Novack parte de la consideración de que existen dos modos radicalmente opuestos de razonamiento que involucran dos modos opuestos de concebir el mundo y lo real: la lógica formal y la lógica (materialista) dialéctica. En el polo de la lógica formal el autor involucra a un extenso y dominante recorrido que va desde Aristóteles hasta el racionalismo cartesiano, el empirismo británico e incluido el positivismo y positivismo lógico o neopositivismo. Básicamente, Novack piensa a la lógica formal como un fuerte sostén hegemónico de pensamiento que ha sido y es la base (más allá de las diferencias obvias) de gran parte de la historia de la ciencia en Occidente. Por su parte, la lógica dialéctica se erige como antítesis de la formal por sus postulados y modo de concebir el mundo desde un lugar totalmente diferente (y, al mismo tiempo, ella misma tiene su movimiento e historia, que Novack sintetiza en el período idealista de Hegel y el materialista de Marx y Engels) (...) La lógica dialéctica propone, en esencia, la unidad, identidad e interpenetración de los opuestos en las cosas porque éstas se someten a la ley del movimiento y cambio permanente. Es decir, la dialéctica, en lugar de eliminar la contradicción y el cambio, los convierten en la llave del concepto mismo de realidad (Condito, 2010, pag 6)


Comte, quien es uno de los padres del positivismo, afirmaba que las leyes que rigen el desarrollo son invariables, y que además todo se va a desenvolver de una manera lineal, progresiva, sucesiva, sin cambios drásticos.


La filosofía positiva consiste en considerar a todos los fenómenos como sujetos a leyes naturales invariables (...). Pretendemos analizar con exactitud las circunstancias de su producción [de los hechos] y coordinar unos fenómenos con otros, mediante relaciones normales de sucesión y de similitud. (Condito 2010, pag 6)


Engels manifestaría que los cambios demostrados por las ciencias naturales constituían una prueba para comprender y reafirmar la perspectiva cambiante y contradictoria de la realidad, que actuaría no sólo en ese dominio sino en la sociedad en general.

El positivismo tiende a separa el sujeto del objeto, afirmando la neutralidad valorativa de la ciencia. El marxismo más bien sostiene que sujeto y objeto se relacionan recíprocamente, el sujeto busca transformar el objeto y se transforma a sí mismo al hacerlo; así pues no basta con observar la realidad, codificarla y establecer leyes universales, sino especialmente con transformarla.


El defecto fundamental de todo el materialismo anterior -incluido el de Feuerbach- es que sólo concibe las cosas, la realidad, la sensoriedad, bajo la forma de objeto o de contemplación, pero no como actividad sensorial humana, no como práctica, no de un modo subjetivo. De aquí que el lado activo fuese desarrollado por el idealismo, por oposición al materialismo, pero sólo de un modo abstracto, ya que el idealismo, naturalmente, no conoce la actividad real, sensorial, como tal. Feuerbach quiere objetos sensoriales, realmente distintos de los objetos conceptuales; pero tampoco él concibe la propia actividad humana como una actividad objetiva. (Marx, 1979, pag 11)


El positivismo afirma pues que los hechos observables son hechos lógicos a los que se puede conocer mediante un proceso lógico que traza leyes universales para su comprensión:


Comte enfatizará siempre que el eje y mayor ambición de la filosofía positiva es “descubrir las leyes de los fenómenos” y si tenemos en cuenta que el punto de partida incuestionable para dicho descubrimiento y generalización pasa por la observación de los fenómenos a estudiar, advertiremos que claramente en esta filosofía se propone un trabajo de inducción. (Condito, 2010, pag 7)


El marxismo se va a diferenciar de esta postura pues afirma que la realidad es mutable y se transforma constantemente y que ésta es compleja y la forma de acceder a ella es mediante la interrelación dialéctica de teoría y práctica. No es pues la pura observación lo que permite acercarse a la realidad, sino cómo concretamos con ella mediante la práctica, situamos algunos elementos abstracto-formales como categorías y volvemos nuevamente a la práctica. Es arribar a lo complejo, entender la síntesis de múltiples determinaciones que influyen en ésta.


Los positivistas dotan al conocimiento de una carácter neutral donde por ejemplo el sociólogo puede estudiar el hecho social sin tomar necesariamente una posición o servir a unos intereses determinados. Para Marx la producción de conocimiento está profundamente articulada a los intereses de las clases dominantes, por un lado como necesidad para el desarrollo de las fuerzas productivas, donde no sería neutral pues no se levanta sobre un interés global sino particular, lo que provoca que determinados campos avancen más aceleradamente que otros y se instrumentalice la ciencia a los intereses de la clase dominante; mientras que por otro lado existe la generación de una falsa conciencia producto de la dominación ideológica que aleja al ser humano de un verdadero conocimiento de la realidad social. El investigador no es neutral pues la actividad científica está históricamente condicionada.


El positivismo pone en segundo plano la importancia de la teoría pues afirma que el conocimiento sólo procede de la experiencia. Mientras el marxismo afirma la unidad indisoluble entre teoría y práctica, es decir a la vez que rompe con el racionalismo y la metafísica lo hace también con el empirismo y el positivismo. Para el marxismo el conocimiento parte primero de la existencia de un mundo real y objetivo, es decir tiene una concepción materialista; segundo, nos acercamos al conocimiento primero desde la práctica, lo que origina un conocimiento sensorial, donde obtenemos impresiones inmediatas que no necesariamente nos otorgan un conocimiento profundo; tercero, una vez que logramos esa mediación sensorial con la realidad mediante la práctica, pasamos a un proceso de racional donde establecemos juicios y conceptos que nos permiten sintetizar esas experiencias y formular conceptos o teorías; cuarto, que el conocimiento es un proceso dialéctico, no lineal o unilateral, donde la práctica y la teoría se alimentan mutuamente hasta poder concretar un conocimiento objetivo que permita establecer criterios apegados a la realidad, formulando teorías que permitan a las personas y a la sociedad poseer un conocimiento acumulado históricamente. El principal mérito de la teoría marxista consiste pues en haber desarrollado todo un cuerpo teórico formado por categorías y conceptos abstracto-formales que van a dar cuenta de la realidad. Si bien los diferentes pensadores positivistas desarrollan algunos conceptos, no van a desarrollar una serie de conceptos generales y universales que permitan dar cuenta de la realidad, sólo admiten pues la posibilidad de generalizar hechos particulares en base a la observación y el análisis de éstos. El marxismo, por su parte, desarrolla un cuerpo teórico armónico donde se enlazan la filosofía, la política y la economía para generar un criterio científico sobre la realidad. El mayor mérito de Marx está en haber generado esa serie de categorías, abstraídas del estudio de la sociedad, para dar cuenta de ésta de una manera integral.

El positivismo se opone a todo tipo de esencialismo, al establecimiento de universalidades esenciales. Comte va a a manifestar que la sociedad ha cursado por tres estados: teológico, metafísico y positivo. En el primero el ser humano se explica las cosas de acuerdo a fuerzas sobrenaturales o divinas (monoteísmo y politeísmo); en el segundo va a tratar de encontrar la esencia de las cosas reemplazando lo sobrenatural por entidades abstractas ubicadas en las cosas mismo; mientras en el tercero el hombre no busca saber qué son las cosas, sino que mediante la observación va a tratar de explicar cómo se comportan, es este el estadio superior que se alcanza gracias al desarrollo del capitalismo industrial, de la ciencia y la técnica. En el paradigma marxista a su vez existe lo que los positivistas señalan como esencialismo, pues Marx va a establecer una serie de conceptos que no necesariamente son concretos y particulares, sino que actúan como categorías que van a permitir dar cuenta de esa realidad concreta, podríamos citar como ejemplo los conceptos fundamentales del materialismo histórico como la lucha de clases, la plusvalía, base y súper-estructura, Estado, modo de producción, etc. Para el marxismo no importa únicamente cómo se dan los procesos sociales, sino por qué ocurren, el fondo es muy importante y sobrepasa a la forma.


El factor predictivo de la teoría es interpretado de diferente manera por positivistas y marxistas, Para los primeros, el estudio de los hechos sociales pretende anticiparse a las formas en las que puede reaccionar la gente, es decir establecer pronósticos. Su forma de análisis es generalmente cuantitativa, se basa especialmente en estadísticas y factores "neutrales". Para el positivismo la finalidad de las ciencias es el control y el dominio de la naturaleza y la sociedad, busca favorecer un progreso controlado y ordenado de la sociedad que excluya toda posibilidad de cambio, revolución, o caos, la idea de conflictividad desaparece. Mientras el marxismo le confiere a la teoría el papel de adelantarse a algunos hechos, dándole un carácter predictivo, por ejemplo el planteamiento de que la sociedad capitalista será reemplazada por la sociedad socialista; o los análisis que concluían que el capitalismo iba a atravesar crisis de sobre-producción cada cierto tiempo.


Enfoquémonos un momento en el positivismo. Este punto de vista niega o dice que no tiene importancia el análisis de niveles más profundos de la dinámica y la dirección. Debido a eso, tiende a separar los fenómenos del contexto mayor y de diferentes niveles, y también tiende a reducir las cosas y los procesos a una sola y sencilla causa. Por ende, tiende a negar, o rechazar, las maneras en que la teoría puede y tiene que “adelantársele” a la práctica, o sea, las maneras en que un análisis a fondo de la experiencia (ampliamente concebida) puede dar una concepción más profunda de la dinámica y las tendencias subyacentes inherentes, o en potencia, en esa realidad, y abrir nuevos caminos a la transformación de esa realidad. Si la teoría no se “adelanta”, no se podría concebir nada cualitativamente diferente a lo que ya se conoce; sin eso, ¿cómo pudieron haber escrito Marx y Engels el Manifiesto Comunista. (Avakian, 2008)


Para Marx el objetivo del conocimiento es la transformación, es decir no es anticiparse para controlar, sino conocer para transformar. Como mencionaría Marx en sus conocidas tesis sobre Feuerbach: "Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modo el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo" (Marx, 1979, pag 11)). El marxismo le confiere importancia especialmente a la calidad antes que a la cantidad, es decir un dato positivista sobre un hecho social no va a tener la suficiente profundidad, pues sólo está tomando una parte de la realidad y no las causas estructurales y la interrelación que se da en ese proceso para comprenderlo a fondo.


Si bien va a existir una coincidencia entre los positivistas y Marx en el sentido en que ambos plantean que existen leyes universales que rigen el desarrollo social, los principios de los que parten son diferentes, pues si bien coinciden en que los hechos sociales no dependen de la voluntad de los individuos, Marx sí va a dotar a los sujetos de una capacidad de agencia al señalar que éstos hacen la historia, pero en condiciones que les son dadas independientemente de su voluntad: "Los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen a su libre arbitrio, bajo circunstancias elegidas por ellos mismos, sino bajo aquellas circunstancias con que se encuentran directamente, que existen y les han sido legadas por el pasado" (Marx, 2000). Mientras tanto para Durkheim el sujeto carece de dicha capacidad, el sistema lo regula todo.


Marx politizó la epistemología afirmando el carácter condicionado de la producción de ideas, que el conocimiento está mediado por la ideología, mientras para los positivistas existe una construcción neutral del conocimiento refrendado por la ciencia.


La idea de progreso en el positivismo es diferente a la idea de progreso del marxismo. Para los positivistas el progreso es lineal y acumulativo, se recrea a través de un orden regulado, evolutivo y controlado. Para el marxismo la idea de progreso es en espiral, lo evolutivo es sólo una manera de manifestación de la contradicción que subyace en cada fenómeno o proceso, expresa simplemente un cambio cuantitativo, mientras que los cambios cualitativos son la base fundamental del desarrollo. La idea de revolución no está presente en el discurso positivista, mientras la revolución para Marx es la base del desarrollo económico, político y social.


El positivismo tiende a separar los procesos o fenómenos que ocurren en la realidad social de un contexto mayor, terminan reduciendo sus explicaciones de éstos a una sola causa. Mientras el marxismo busca en la interrelación una suerte de multicausalidad para explicar por qué se desarrolla una u otra cosa.


El positivismo es fenomenológico, pues cuando habla de objetos se atiene a los elementos observables, los analiza según aparecen tal cual, por lo tanto recrea una visión estática. Mientras el marxismo afirma que las cosas nunca aparecen tal cual son, sino que para poderlas comprender es necesaria tanto la teoría como la práctica.


En cuanto a la política y el Estado


Existen visiones contrapuestas entre el marxismo y el positivismos en cuanto a la división del trabajo, formación del Estado, construcción y finalidad de la política y organización estructural de la sociedad.


Durkheim señalará que el desarrollo de la sociedad está totalmente conectado con la división del trabajo. Así pues mientras más división del trabajo exista, más evolucionada va a estar una sociedad. Esa división no sólo se da por elementos económicos, sino por valores sociales que garantizarán en la modernidad una conciencia colectiva basada en la solidaridad. "La división del trabajo tiene que ver de manera fundamental con su valor moral, y de forma accesoria, en el mejor de los casos, con consecuencias económicas" (Merton Robert, 2002, pag 3).


Para Durkheim existen varios tipos de sociedad que se diferencian entre sí porque mantienen la cohesión social de acuerdo a las semejanzas de sus miembros, o de acuerdo a la integración que se va a dar de acuerdo a la división social del trabajo. A la primera va a denominar solidaridad mecánica, propia de los pueblos primitivos, donde hay una división del trabajo ínfima y las relaciones no van a ser de reciprocidad sino que va a existir un sometimiento al poder absoluto como se ejercía por ejemplo en las sociedades esclavistas. Mientras la sociedades donde se desenvuelve una solidaridad orgánica son aquellas que están conformados por instituciones diferenciadas que tienen a su vez funciones especializadas, como ocurre según él en el capitalismo.


Para Marx la división social del trabajo es fruto del desarrollo de las fuerzas productivas, así pues a medida que la sociedad fue desarrollando sus instrumentos de trabajo éste se volvió más especializado, modificando no sólo el elemento técnico, sino las relaciones sociales, políticas y culturales que establecen los hombres en una sociedad determinada.


Las relaciones entre unas naciones y otras dependen del grado en que cada una de ellas haya desarrollado sus fuerzas productivas, la división del trabajo y el trato interior. Es éste un hecho generalmente reconocido. Pero, no sólo las relaciones entre una nación y otra, sino también toda la estructura interna de cada nación depende del grado de desarrollo de su producción y de su trato interior y exterior. Hasta qué punto se han desarrollado las fuerzas productivas de una nación lo indica del modo más palpable el grado hasta el que se ha desarrollado en ella la división del trabajo. Toda nueva fuerza productiva, cuando no se trata de una simple extensión cuantitativa de fuerzas productivas ya conocidas con anterioridad (como ocurre, por ejemplo, con la roturación de tierras) trae como consecuencia un nuevo desarrollo de la división del trabajo (...) Las diferentes fases de desarrollo de la división del trabajo son otras tantas formas distintas de la propiedad; o, dicho en otros términos, cada etapa de la división del trabajo determina también las relaciones de los individuos entre sí, en lo tocante al material, el instrumento y el producto del trabajo. Marx, 1958, pag 20)


En El Capital, Marx analizará la evolución que cursa el sistema capitalista desde la cooperación simple, pasando por la cooperación compleja y manufactura, hasta llegar a la revolución industrial. Ese desarrollo será la base para modificar las relaciones de producción y abrir la posibilidad de la transformación revolucionaria de la sociedad. No generará necesariamente una conciencia colectiva como propone el positivismo, sino que lo que ha asegurado históricamente es la dominación de clase que se sirve especialmente de ello, como por ejemplo en el capitalismo donde se da en concreto la disociación entre el productor directo y el instrumento de trabajo, ahondando las variantes de dominación tanto al interior de una fábrica como entre países.


Para Marx la sociedad ha cursado varios modos de producción, definidos por la forma cómo organiza cada uno de ellos el trabajo y las instituciones e ideas que se recrean a partir de ello, el factor económico va a ser el elemento fundamental pero no el único. Cada modo de producción se reproducirá de diferente manera en cada país, a lo que Marx denominará formación económico-social, dándole mayor precisión a la categoría de modo de producción. Mientras para Durkheim existen simplemente dos tipos de sociedades, que pueden practicar la solidaridad mecánica o la solidaridad orgánica. Para Durkheim la sociedad genera ciertos elementos de integración para que el individuo se cohesione con ésta, al mismo tiempo que regula, controla y ordena su comportamiento, sin ello ésta no podría funcionar. La sociedad va a generar instituciones para integrar a los individuos tanto en la economía, por ejemplo la división del trabajo, como en lo político, por ejemplo el Estado. El origen de estas instituciones y formas de organización parten de valores sociales como los que él va a denominar solidaridad mecánica u orgánica, y conciencia colectiva. Las sociedades se distinguirán de acuerdo a cómo conformen su "morfología social". En la diversidad, generada por la división del trabajo, es dónde surge la necesidad de la cohesión que va a estar dada por algunos elementos institucionales entre ellos el Estado.


Marx va a desarrollar el materialismo histórico como método para conocer la sociedad. Va a generar una serie de teorías y categorías que tienen como objeto lograr un análisis científico de la sociedad. El problema fundamental en este sentido para Marx consiste en demostrar que el elemento constitutivo base de toda sociedad es cómo esta se organiza para producir, y que a partir de ello va a generar una serie de instituciones e ideas que van a estar articulados generalmente a los intereses de la clase dominante.


La producción de las ideas, las representaciones y la conciencia aparece, al principio, directamente entrelazada con la actividad material y el trato material de los hombres, como el lenguaje de la vida real. La formación de las ideas, el pensamiento, el trato espiritual de los hombres se presentan aquí todavía como emanación directa de su comportamiento material. Y lo mismo ocurre con la producción espiritual, tal y como se manifiesta en el lenguaje de la política, de las leyes, de la moral, de la religión, de la metafísica, etc., de un pueblo. Los hombres son los productores de sus representaciones, de sus ideas, etc., pero se trata de hombres reales y activos tal y como se hallan condicionados por un determinado desarrollo de sus fuerzas productivas y por el trato que a él corresponde, hasta llegar a sus formas más lejanas [xvi]. La conciencia [das Bewusstsein] jamás puede ser otra cosa que el ser consciente [das bewusste Sein], y el ser de los hombres es su proceso de vida real. Y si en toda la ideología, los hombres y sus relaciones aparecen invertidos como en la cámara oscura, este fenómeno proviene igualmente de su proceso histórico de vida, como la inversión de los objetos al proyectarse sobre la retina proviene de su proceso de vida directamente físico. (Marx, 1958, pag 25)


Para Marx la historia de la sociedad es la historia de la lucha de clases. Para Durkheim la sociedad se desenvuelve gracias a la solidaridad, armonía y conciencia colectiva, es decir gracias a una serie de valores sociales. El positivismo no ha generado una serie de elementos categóricos integrados que busquen analizar la realidad, pues no le confiere al elemento teórico una gran importancia, se queda simplemente en la generalización de los hechos particulares, más no en un extenso desarrollo de conceptos abstracto formales. Además no ubica el tema de las clases sociales y su lucha como un elemento importante de análisis social, viendo a la sociedad como un todo articulado, ausente de conflictividad. Para Durkheim el Estado representa a toda la sociedad y es uno de los vínculos colectivos que van asegurar la solidaridad orgánica, la sociedad pues no estaría dividida en clases con intereses antagónicos, sino en individuos que tienen intereses comunes. "Durkheim literalmente menosprecia la importancia de los intreses como categoría sociológica. Él prefiere hablar de valores, de manera aparente menos fortuitos, menos causales que los primeros, y por consiguiente más adecuados para fundar un conocimiento necesario de lo social" (Merton, Robert, 2002, pag 4)


El Estado para Durkheim es el garante de que los contratos entre las personas se cumplan, es una expresión de la solidaridad que permite la cohesión e integración, nace de la misma sociedad. El Estado tendría la función de mantener la conciencia colectiva, es decir mantener la conciencia común debido al respeto que inspira y la autoridad particular que ejerce, tiene pues la misión de rechazar todo aquello que ofenda a esa conciencia colectiva. El Estado viene a ser la representación más desarrollada de una sociedad, su personificación, la expresión más alta de sus intereses.


Para Marx el Estado es un instrumento de dominación de clase, el medio político que asegura las condiciones de explotación. No es pues la emanación de la conciencia colectiva, sino la forma de asegurar el dominio de un grupo sobre otro. No representa a toda la sociedad sino a la clase económicamente dominante. Los fundamentos de la concepción materialista de la historia parten del principio de que hay que encontrar, no en la voluntad de los hombres, en su ética o valores, sino en las condiciones económicas, es decir como organizan la producción, desarrollan las fuerzas productivas y contraen determinadas relaciones, la base del desarrollo social.


El origen del Estado para Durkheim se encuentra en la división social del trabajo, el capitalismo es la expresión de una sociedad donde se practica la solidaridad orgánica gracias a la gran especialización y diferenciación existente. Mientras Marx es claro en manifestar que el origen del Estado va a estar totalmente ligado al desarrollo económico, en este caso fue el desarrollo de la agricultura y la apropiación del excedente generado la base para que se creen clases sociales, y partiendo de ello se desarrolle un Estado para asegurar la dominación de una clase parasitaria que había surgido y se había liberado del trabajo.


Precisamente por virtud de esta contradicción entre el interés particular y el interés común, cobra este último, en cuanto Estado una forma propia e independiente, separada de los reales intereses particulares y colectivos y, al mismo tiempo, una forma de comunidad ilusoria, pero siempre sobre la base real de los vínculos existentes, dentro de cada conglomerado familiar y tribal, tales como la carne y la sangre, la lengua, la división del trabajo en mayor escala y otros intereses y, sobre todo, como más tarde habremos de desarrollar, a base de los intereses de las clases, ya condicionadas por la división del trabajo, que se forman y diferencian en cada uno de estos conglomerados humanos y entre las cuales hay siempre una que domina sobre todas las demás. De donde se desprende que todas las luchas que se libran dentro del Estado, la lucha entre la democracia, la aristocracia y la monarquía, la lucha por el derecho de sufragio, etc., no son sino las formas ilusorias bajo las que se ventilan las luchas reales entre las diversas clases. Y se desprende, asimismo, que toda clase que aspire a implantar su dominación, aunque ésta, como ocurre en el caso del proletariado, condicione en absoluto la abolición de toda la forma de la sociedad anterior y de toda dominación en general, tiene que empezar conquistando el poder político, para poder presentar, a su vez, su interés como interés general, cosa que en el primer momento se ve obligada a hacer... Precisamente porque los individuos sólo buscan su interés particular, que para ellos no coincide con su interés común, y porque lo general es siempre la forma ilusoria de la comunidad, se hace valer esto ante su representación como algo «ajeno» a ellos [18] e «independiente» de ellos, como un interés «general» a su vez especial y peculiar, o ellos mismos tienen necesariamente que moverse en esta escisión, como en la democracia. Por otra parte, la lucha práctica de estos intereses particulares que constantemente y de un modo real se oponen a los intereses comunes o que ilusoriamente se creen tales, impone como algo necesario la interposición práctica y el refrenamiento por el interés «general» ilusorio bajo la forma del Estado. (Marx, 1958, pag 35)


Es decir, el Estado para Marx surge en el esclavismo. Mientras el Estado moderno surge en el capitalismo. Para Durkheim el Estado es un elemento clave para el desarrollo de la sociedad, mientras Marx va a manifestar que el Estado debe desaparecer, afirmando que el proletariado debe abolir el Estado burgués y generar un Estado proletario que se irá extinguiendo a medida que las clases sociales desaparezcan. El fin del marxismo es que el Estado deje de existir, es decir llegar al comunismo.


Durkheim manifiesta que la república democrática asegura la cohesión y que es positiva para el desarrollo social. La razón para que el Estado se desarrolle o se transforme no va a ser por la lucha de clases (Marx), sino "Por la existencia de órganos diferenciados y la dependencia que genera la división social del trabajo entre ellos, fenómenos éstos que impiden un ejercicio “difuso” de la autoridad colectiva" (Inda, 2009, pag 7). Por ello las variantes autoritarias del Estado van a estar determinadas por el alto grado de homogeneidad que cierta sociedad posea, pues no existiría mayor paso para el desarrollo de la individualidad. Marx manifiesta que no hay que confundir entre tipo de Estado y formas de gobierno, pues las primeras son las que van a otorgar la esencia del Estado, mientras las otras son solamente variantes en su gestión, toda democracia será pues para Marx una dictadura de clase.


Durkheim plantea que el Estado no debe intervenir en la economía. Mientras Marx manifiesta que en el capitalismo el Estado interviene directamente en ésta y en el socialismo tendrá la tarea de organizar y dirigir la producción bajo una economía centralizada, pero además incidiendo en los factores políticos y sociales que van asegurar la reproducción de un sistema social distinto.


El derecho para Durkheim es una emanación de las costumbres sociales. La fuerza del Estado radica en cómo encarna el interés colectivo para defenderlo de los crímenes que se puedan cometer sobre los individuos. Así pues el Estado se origina del vínculo colectivo y de las costumbres de los individuos para representarlos, y después de ello adquiere cierta autonomía que le va a permitir seguir introduciendo leyes o decretos que aseguren la vida de todos los individuos de la sociedad, no es sólo como emanación de la conciencia colectiva sino como su clarificador. Esto, en clave positivista, le va a permitir anticiparse a las necesidades o deseos de la sociedad para representarlos. Mientras más desarrollada esté la división del trabajo y la conciencia colectiva, el Estado tendrá más autonomía para desarrollarse. El derecho vendría a ser el símbolo que expresa la solidaridad social, pues ésta no podría ser definida bajo la corriente positivista a partir únicamente de valores morales. En las sociedades antiguas según esta visión primaba el derecho represivo, mientras en las "avanzadas" va a primar el derecho restitutivo, que tiene como objetivo restablecer las relaciones sociales que han sido sojuzgadas. El derecho viene a ser un vínculo para restablecer la voluntad colectiva, pues va a brindar la organización e integración que la sociedad requiere, pues nace de las costumbres sociales. Para Marx el derecho asegura la propiedad privada y legaliza la explotación asalariada, genera una serie de condicionantes que van a enclaustrar a los sectores explotados en una dinámica inofensiva para el sistema social.


Para los positivistas, y especialmente para Durkheim la idea de conflictividad social es mínima, la sociedad va a regularla y aplacarla gracias a las instituciones que ha generado. Para Marx el conflicto es permanente, la dialéctica se expresa en la lucha de contrarios donde el equilibrio es algo relativo y la lucha es constante. La sociedad no se auto-regula sino que vive en una lucha constante entre lo nuevo y lo viejo, entre diferentes intereses clasistas que se expresan con mayor o menor agudeza de acuerdo a las condiciones objetivas y subjetivas.


El marxismo afirma que tiene un carácter partidario, es decir que sirve a una clase, según la teoría marxista, la más avanzada de la historia: el proletariado. En la explicación marxista lejos de buscar una reificación de la clase obrera, lo que pretende es señalar a ésta como la más avanzada y progresista de la historia, que lucha contra la base de la desigualdad social: la propiedad privada de los medios de producción. Y esa clase al tener dichas cualidades se convierte en la portadora del progreso. Históricamente el marxismo ha sido tomado como referencia y guía teórica especialmente por las clases y organizaciones encaminadas a transformar el sistema social imperante. El positivismo a su vez ha sido utilizado por gran cantidad de gobiernos burgueses para justificar ciertas medidas, o para demostrar que las cosas están marchando bien. Es común ver cómo los gobiernos del mundo entero muestran cifras y más cifras sobre la reducción de la pobreza, la mejora de las condiciones de vida de la sociedad, el crecimiento del PIB, etc; sin indagar en factores estructurales, realizando análisis superficiales y meramente cuantitativos que no pueden dar cuenta de la complejidad social.


Una de las críticas de los positivistas contemporáneos al marxismo es que éste no puede demostrar los cambios que se suscitan actualmente, en ese sentido cabe señalar que toda ciencia se desarrolla.. El marxismo es una ciencia pues mediante su método –el materialismo dialéctico y el materialismo histórico- representa la manera más consecuente de entender la realidad. Así pues los planteamientos base de Marx se van desarrollando acorde a cómo la sociedad va transformándose. Lo esencial consiste en comprender si el marxismo como teoría científica es cierta en la actualidad. Una teoría científica dejaría de ser cierta si sus principios fundamentales se comprueba son erróneos. Es importante entender que toda ciencia se desarrolla, pues no es inmutable, y que en ese proceso se pueden dar avances que dejan elementos secundarios de la teoría como insuficientes, ello no invalidaría a esa teoría científica sino que la profundizaría.


Por supuesto, es posible que una teoría científica sea cierta —que refleje correctamente la realidad— en lo principal y esencial, pero que se demuestre que sea incorrecta en ciertos aspectos secundarios—y, conforme a esto, que algunas de sus predicciones específicas resulten no ser ciertas. Y cuando esto pasa, la aplicación del método científico lleva a un mayor desarrollo de la teoría—por medio de desechar, o modificar, ciertos aspectos de la teoría y agregar nuevos elementos. De hecho, esto ocurre todo el tiempo con las teorías científicas en todos los campos: física, geología, biología, arqueología, medicina, y así sucesivamente. Para determinar si se ha falsificado una teoría de manera global —si se ha demostrado, por medio de la investigación y análisis, con los métodos científicos, que no es cierta— o si, por otro lado, solo se han falsificado ciertos aspectos secundarios de esta manera, es necesario examinar si los aspectos que se han demostrado que no son ciertos tienen que ver con y socavan los elementos principales y esenciales de dicha teoría, o solo aspectos secundarios que no afectan la esencia de la teoría de manera global. Para decirlo de otra manera, si se pueden eliminar o modificar los elementos que se ha demostrado que no son ciertos sin poner en duda las afirmaciones fundamentales de la teoría, pues no es la teoría en sí, sino solamente unos aspectos secundarios de la teoría, que se han falsificado; mientras que, si a consecuencia de demostrar que ciertos elementos de la teoría de hecho son falsos lleva al fracaso de la teoría en sí, pues es la teoría de manera global, y su esencia, que se ha falsificado. (Avakian, 2007)


Como hemos analizado a lo largo de este trabajo, el marxismo y el positivismo tienen serias divergencias estructurales en cuanto al desarrollo de su teoría del conocimiento, la forma cómo conciben la sociedad, el método para acercarse a la realidad y la finalidad del conocimiento. El positivismo parte de una concepción cientificista que afirma que el único conocimiento válido es el conocimiento científico, partiendo de la observación de los hechos como la mejor manera de indagar sobre la realidad. La observación de los hechos sociales permitirá cierta generalización y desarrollo de leyes universales que permitirán profundizar el conocimiento. El positivismo disocia la filosofía de la ciencia y su forma de acceder al conocimiento está mediado por la lógica formal. Su forma de análisis es especialmente cuantitativa, y su idea de desarrollo es lineal, progresiva y evolutiva. La idea de conflicto y revolución no está presente, así como el sujeto no tiene una función importante en la transformación, pues es el sistema el que se encarga de regular y ordenar todo. Se afirma bajo el criterio de neutralidad de la ciencia y en la producción del conocimiento. Para los positivistas la sociedad es un todo armónico, cohesionado por sus instituciones bajo principios de solidaridad, conciencia colectiva y armonía, no está presente la idea de clases sociales con intereses contradictorios. El positivismo no indaga en las motivaciones profundas que rigen el desarrollo de un proceso o fenómeno, se limita a realizar pronósticos basados en el análisis cuantitativo y estadístico de lo social.


El marxismo parte de una concepción filosófica para desarrollar una teoría científica que va a dar cuenta de la realidad social. Para Marx la raíz del entendimiento científico tiene su origen en la filosofía, pues sólo si se adopta una adecuada concepción del mundo se lo podrá comprender; es decir no basta con observar hechos sociales y analizarlos, sino en adoptar una concepción materialista y dialéctica que afirme que la realidad existe independientemente de la consciencia, que ésta no ha sido por nadie creada, que todo lo que hay en el mundo es materia en movimiento y que su forma de desarrollo y transformación es dialéctica, basada en las contradicciones subyacentes de cada proceso o fenómeno. Marx no busca únicamente establecer leyes universales a través de la generalización de hechos particulares y concretos, sino que va a generar un cuerpo teórico formado por categorías como elementos abstracto formales que emanan de la realidad social pero que sirven para comprenderla. La teoría puede y debe adelantarse a la práctica. Va a sentar que el objetivo del conocimiento es la transformación. Existe una unidad entre sujeto y objeto donde se van afectar mutuamente. Dota al ser social de una capacidad de agencia y transformación. Para Marx la base del desarrollo social, el motor de la historia, es la lucha de clases, la sociedad no es un todo armónico sino la expresión de intereses contradictorios. La producción de conocimiento se encuentra mediada por esos intereses que emanan de la estructura social y son condicionados por esta. La idea de revolución y transformación es fundamental en el discurso marxista. El marxismo manifiesta claramente su carácter político y ubica al proletariado como la clase más avanzada de la historia, que busca abolir la base de la desigualdad: la propiedad privada de los medios de producción.


El comunismo es una ciencia, ideología, movimiento político y tipo de sociedad. Una ciencia porque cuenta con un método correcto comprobado día a día para analizar la realidad. Ideología porque sirve a una clase, es decir tiene carácter partidario en medio de la lucha de clases. Movimiento político porque expresa esos planteamientos en la lucha concreta de clases que se ha dado históricamente. Y sociedad porque contiene un programa y un modelo de sociedad que es al que aspira. El positivismo pretende embellecer el sistema actual, no es revolucionario sino más bien conservador. Aparenta neutralidad pero defiende el orden imperante, no presenta una propuesta de sociedad, ni busca la transformación social.

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